Renfe comenzó en 1998 a instalar una red de cables fibra óptica multicliente que discurre a lo largo de su infraestructura ferroviaria de forma que recorre los principales puntos de la geografía española. Apenas tres años después, la compañía dispone de una red en funcionamiento de 9.873 kilómetros, a los que hay que sumar otros 1.143 actualmente en construcción además de incorporar en una única oferta la fibra óptica de Feve en la zona norte de España.
La compañía ferroviaria prevé alcanzar este año unos ingresos de alrededor de 10.000 millones de pesetas en su negocio de telecomunicaciones, lo que supondría lograr resultados económicos positivos este mismo año, sólo tres años después del lanzamiento de esta área de negocio. Renfe basa su planteamiento en el alquiler de su red de fibra óptica a los diferentes operadores de telecomunicaciones con necesidades de rápida implantación de una infraestructura similar, que deberán añadir sobre la base de la fibra oscura de Renfe los equipos electrónicos auxiliares que permitan el correcto funcionamiento de la red. Los contratos normalmente tienen una duración a largo plazo, que puede ir de los 10 a 20 años, si bien últimamente los tiempos se están recortando a marchas forzadas por la aparición de operadores y la disminución de los precios de ancho de banda.
Actualmente, Renfe ofrece este tipo de servicios a unos 15 operadores, entre los que cabe citar a operadores de telefonía fija, móvil y proveedores de Internet, además de carriers de carriers, etc.
La principal ventaja de la red de la compañía ferroviaria, que cuenta con una licencia de tipo C1 para desarrollar su actividad, reside en la capilaridad de su red de larga distancia, alcanzado la mayor parte del territorio nacional y teniendo presencia en alrededor de 150 puntos geográficos. Además de contar con rutas alternativas que evitan las interrupciones del servicio, en las ciudades los puntos finales de la red se encuentran conectados con las instalaciones de otros operadores, lo que permite la interconexión y el tráfico con ellos.
A esto hay que añadir que cuenta con redes metropolitanas, contabilizando un total de 553 kilómetros, mayoritariamente en Madrid y Barcelona.
Otro aspecto a tener en cuenta por Renfe han sido las interconexiones internacionales para lo que dispone de acuerdos con proveedores de países colindante, incluido Portugal, que le permite brindar una oferta global.
En España hay un amplio ramilletes de compañías, mayoritariamente pertenecientes al sector de las llamadas utilities, que han desarrollado negocios similares en respuesta a la demanda de los nuevos operadores surgidos tras la liberalización de las telecomunicaciones, que buscan contar con una red de forma rápida. Entre este tipo de empresas cabe destacar a las eléctricas (Red Eléctrica Española, Iberdrola, Unión Fenosa, etc.), autopistas, canales fluviales, redes de aguas, etc. que están recibiendo las bondades de la liberalización de las telecos en forma de ingresos.
