Las telcos se van de compras

Una vez superado el periodo de crisis que atenazó al sector de las telecomunicaciones, la difusión a gran escala de la banda ancha y la bonanza económica han abierto la veda de las adquisiciones en el mercado español.

Publicado el 08 Sep 2005

Si hace unos años se produjo la consolidación a gran escala de los proveedores de servicios de Internet, ahora le ha tocado el turno a las operadoras de telecomunicaciones supervivientes de la crisis sufrida hace cuatro años. Al fin parece que se están cumpliendo las profecías de muchos gurús que anunciaron una y otra vez la concentración del mercado español de las telecomunicaciones y que hasta ahora sólo habían visto cómo las adquisiciones se producían en el panorama internacional pero nunca se hacían realidad dentro de las fronteras españolas.

Da la impresión de que está siendo ahora cuando los operadores españoles han descubierto las gangas dejadas por la segunda fase de consolidación del mercado de las telecomunicaciones. Compañías que aguantaron el primer envite pero que salieron tocadas del mismo han sido las víctimas propicias, si bien también caben operaciones que no han resultado precisamente baratas y que desvelan movimientos estratégicos de los compradores. Dos estilos distintos, pero con los mismos resultados: limpiar el panorama del mercado español aprovechando la aplicación de la más demoledora de la las leyes naturales: la supervivencia de los más fuertes.

La vuelta de tuerca que ha supuesto la llegada de la verdadera competencia al mercado español con la aceleración de las ofertas de las compañías procedentes del segmento ISP, como Wanadoo- integrado con Uni2-, Ya.com, etc. ha dado como consecuencia inmediata el estrangulamiento de varias compañías que sobrevivían a la espera de su particular caballero blanco. Y los hechos se han desencadenado de forma inmediata.

La veda se abrió en el terreno de los grandes carriers internacionales, que remodelaron todo el tablero de juego. En noviembre del pasado año BT se decidía a adquirir Infonet, una operación que le ha permitido asentar sus reales en Estados Unidos, mejorando su infraestructura de red y abriéndole las puertas del mercado latinoamericano, donde podrá competir de tú a tú con Telefónica.

Un mes después, en el ámbito de la telefonía móvil, Sprint se hacía con Nextel abriendo el fuego en el espectacular proceso de consolidación experimentado por el mercado estadounidense, que en apenas dos meses vio ha visto cómo devoraba a tres de sus hijos.

Apenas dos meses después, la estadounidense SBC se hacía con su paisana AT&T por 12.300 millones de euros con la intención de reforzar su presencia internacional y abordar con garantías el mercado corporativo. La réplica no tardó en llegar y Verizon aceleró sus intenciones para hacerse con MCI por 5.150 millones de euros.
En España las rebajas no tardaron en llegar. El mercado se calentó en otoño del pasado año con la entrada del empresario Leopoldo Fernández Pujals en el capital de Jazztel al pagar 61,8 millones de euros por el 24,9 por ciento del capital de la compañía. La entrada del empresario cubano reactivaba la competencia a base de inyectar inversión publicitaria y lanzar nuevos productos.

Ya en 2005 la tendencia se confirmaba. Gracias a la buena larga realizada años anteriores, que le permitía crecer año tras año un 15 por ciento en ingresos, la filial española de BT recibía el apoyo de la matriz y se hacía con Cable & Wireless España, renqueante tras las dificultades sufridas por su matriz que le había obligado a poner en venta algunas de sus delegaciones internacionales. La operación sirvió a BT para mejorar su cartera de clientes, sumar ingresos y acelerar su giro hacia el segmento de los servicios gracias al personal especializado con que contaba C&W en España.

A finales de junio T-Online confirmaba su apuesta por el mercado español y se hacía con Albura, en una operación justificada por la masa muscular que le otorga la infraestructura de red de la filial de REE, con el acceso al bucle local para no depender de la red de Telefónica y ofrecer, con gestión hasta el cliente final, servicios convergentes sobre red propia.

Esa es la razón por la que Tele2 ha hecho lo propio con Comunitel. El operador sueco, que no contaba con red propia en España, ha decidido estirar su cable de teléfono con la compra de Comunitel para entrar en el segmento corporativo, además de disponer, a golpe de talonario, de presencia en las 191 centrales de bucle desagregado que contaba Comunitel y disponer de una más que aceptable red de comunicaciones.

Tampoco Telefónica se quiere quedar fuera de juego y pretende ganar el espectro radioeléctrico que le aportaría la adquisición de Iberbanda, una de las dos únicas supervivientes de las seis licencias LMDS repartidas en marzo de 2000.
Precisamente, una de las últimas compañías en echar el cierre a su negocio ha sido Broadnet que, en cuidados intensivos prácticamente desde su nacimiento, concluyó operaciones el pasado 31 de julio, repartiendo su cartera de 500 clientes entre Neo-Sky y Acens.

Pero la estrella de las compras en España llegaría cuando más de media España estaba de vacaciones o haciendo las maletas. A France Telécom le nacía finalmente su ansiado brazo móvil con la adquisición de Auna, mientras que Ono convertía en realidad su deseo de hacerse operador de cable con presencia nacional al hacerse con Auna Telecomunicaciones.

Pero no serán las últimas adquisiciones, ya que el mercado español tiene aún algunas cuentas que saldar. Son los casos Tiscali, cuyo último plan estratégico de la matriz contemplaba la venta de la filial española a lo largo de la primera mitad del año siguiendo los pasos de la sueca, belga, suiza, danesa y francesa.; y de Xfera, donde Florentino Pérez, al frente de ACS, principal accionista de Xfera, busca desesperadamente un salvador para un proyecto que, a estas alturas, tiene más de sueño que de realidad.

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Redacción Computing

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