En su intervención en el congreso Interop que estos días se ha celebrado en Nueva York (EE.UU.), John Chambers, CEO de Cisco, ha declarado que la Internet de las Cosas provocará una “nueva oleada de relevancia para las TI” ante el enorme potencial que tiene.
Cuando hablamos de Internet de las Cosas nos referimos a la gran cantidad de dispositivos que están o se pueden conectar a Internet, desde smartphones o tablets hasta sensores, equipamiento industrial, vehículos o dispositivos de consumo. Y su importancia, no deriva de los dispositivos conectados, sino de su escala pues se pasará de 10.000 millones de dispositivos conectados en 2010 a 50.000 en 2020.
Teniendo esto en cuenta, explica John Chambers que losCIO pueden conseguir que sus CEO se muestren interesados en la Internet de las Cosas, y por ende, en el comercio electrónico porque tiene el potencial de impulsar los ingresos pero también de amenazar a sus modelos de negocio.
Como ejemplo de este posible interés de los CEO, Chambers ha mostrado cómo un sistema de Cisco permite a cualquiera conectarse a la red WiFi de un hospital utilizando una identidad personal o sus credenciales de Facebook. Como es una conexión personalizada, se puede permitir que se abra una aplicación en el dispositivo móvil del usuario con información individualizada, como puede ser el camino hacia su cita médica. Y este caso práctico puede extrapolarse a otras industrias como retail u hoteles.
Pero, ¿cómo pueden estas aplicaciones transformar la infraestructura de TI? El CEO de Cisco predice que la Internet de las Cosas traerá un nuevo enfoque en lo que ha denominado “la economía de aplicaciones”. Aclara el directivo que la primera generación de infraestructuras de TI se centró en el hardware; y después en la virtualización y cloud, que dieron a las TI flexibilidad operacional centrándose más en los resultados y en el rendimiento. Ahora, con la economía de aplicaciones, el foco estará en soportar un alto número de aplicaciones en todos estos dispositivos conectados.
Según este enfoque, -que no todo el mundo comparte-, entonces los departamentos de TI deberán crear nuevos recursos de computación para dar sentido a los grandes volúmenes y nuevos tipos de datos que procederán de dichos dispositivos. Por tanto, “hacer frente a esta economía de aplicaciones y a la Internet de las Cosas es un reto bastante grande”, advierte Chambers, pero, “creo que impulsará nuestra industria en la próxima década”.