Con las nuevas tecnologías formando parte ya de la cotidianeidad de nuestro día a día profesional, en los últimos años han comenzado a proliferar modelos disruptivos de colaboración entre empleados que vienen a transformar el concepto clásico de trabajo y jornada laboral, pero que, sobre todo, introducen formas más productivas de relación entre colegas de trabajo y clientes.
Se trata de tecnologías de videocolaboración que destacan por su flexibilidad y sencillez de uso, calidad y prestaciones, pero sobre todo porque se trata de hardware y software estándar, compatible entre sí, que evita los costosos y propietarios ecosistemas del pasado.
Su incorporación sirve también para crear nuevos escenarios laborales, más flexibles e incluso improvisados
Una nueva generación de tecnologías que aúna máxima calidad audiovisual y una inversión limitada y muy por debajo de anteriores opciones, cerradas y con barreras económicas de entrada muy exclusivas. Soluciones que plantean escasos requerimientos; apenas contar con una conexión a Internet y, cada vez más y de cara a las reuniones, con equipos de videoconferencia que responden al concepto ‘plug and play’.
Su incorporación sirve también para crear nuevos escenarios laborales, más flexibles e incluso improvisados, en casi cualquier lugar de la oficina (o fuera de ella), en aeropuertos o salas de espera, donde es posible conectarse vía portátil, móvil o tablet para participar en reuniones con múltiples interlocutores remotos. Sistemas de videocolaboración para organizaciones con múltiples sedes y miles de empleados que necesitan estar permanentemente conectados a través de aplicaciones web como Microsoft Skype for Business / Teams, Google Hangouts, Zoom o Webex.
La era del trabajo inteligente
Soluciones que facilitan una colaboración más cercana, eficaz y flexible, para un nuevo profesional (en su mayoría millennials) que consume y demanda nuevas y más ricas formas de relación. De hecho, su implantación mejora automáticamente la opinión del empleado respecto a su empresa. Un trabajador que sepa que podrá tener disponibilidad para ocuparse de su familia, si surge algún imprevisto, lo tendrá muy en cuenta a la hora de valorar sus condiciones de trabajo.
Creemos que se consolidará la senda de la virtualización de los empleados, es decir, profesionales con capacidad de trasladarse a diferentes lugares, sin moverse del sitio, de colaborar y formar equipos sin necesidad de contacto físico (ni de desplazamientos ineficientes).
Este nuevo enfoque del trabajo implica una transferencia del control desde la empresa al empleado, es la era del trabajo ‘inteligente’. Se trata de una revolución en la cultura laboral que, como adelanta Frost & Sullivan, se consolidará a nivel global y disparará las cifras de negocio desde los 8.500 millones de dólares que movió en 2017 a 11.000 millones de dólares en 2023.
Incluso las empresas que quieren lograr que fluya el talento, y buscan la participación y colaboración de sus empleados, optan cada vez más por espacios abiertos y la supresión de despachos o lugares compartimentados.
Este nuevo enfoque del trabajo implica una transferencia del control desde la empresa al empleado, es la era del trabajo ‘inteligente’
Según un estudio de Frost &Sullivan para Logitech, en un plazo de cinco años el 75% de la fuerza laboral de los EEUU será millennial, lo que provocará que el uso de las herramientas de colaboración, videoconferencia o teletrabajo se triplique. Como dato, el 35% de los trabajadores accederá a su oficina de manera remota.
Si en la actualidad existen en el mundo entre 30 y 40 millones de salas de reuniones, en las que apenas el 2% dispone de equipamiento de videocolaboración, en los próximos años, este ratio crecerá en gran medida. Un mundo laboral hiperconectado hacia el que nos dirigimos que trascenderá los espacios de oficinas actuales, y que facilitará la comunicación y colaboración en cualquier momento y lugar, rompiendo barreras geográficas y temporales que separan a los profesionales con sus colegas y clientes.
¿Está preparando a su compañía para dar este salto? Pues, debería.
