Con el fin de acabar con las críticas vertidas en torno a su escasa agilidad en la ejecución de sus estrategias corporativas en software y servicios, los responsables de Microsoft han diseñado una reorganización de sus divisiones negocio, que está considerada como la más importante desde que Steve Ballmer, consejero delegado de la multinacional, ordenase la estructuración de la empresa en siete áreas de negocio en el año 2002. En esta ocasión, la transformación radica en la reducción en el número de divisiones que pasarán a ser tres desde las actuales siete. Así, la nueva Microsoft se vertebrará en una división dedicada a plataformas de productos y servicios, que incluirá los productos Windows, servidores y MSN, ya cuyo frente estarán Kevin Johnson y Jim Allchin, que solo permanecerá en la empresa hasta final de año, una vez que Windows Vista vea la luz; otra que se encargará de los productos para negocio, incluido Office, y que estará liderada por Jeff Raikes y Doug Burgum y una tercera que girará en torno al mundo del entretenimiento, en donde se encuadran los terminales móviles o la Xbox, a cuya cabecera estarán Robbie Bach y Pieter Knook.
Esta nueva decisión de Ballmer también implica que Ray Ozzie asuma, junto su cargo de CTO (director técnico) otras responsabilidades relativas a la ejecución de servicios basados en software en el seno de las tres nuevas divisiones, mientras que Eric Rudder, vicepresidente señor de Servidores y Herramientas, pasará a trabajar directamente con Bill Gates en las áreas de desarrollo avanzado y estrategia técnica global a finales de este mismo año.
De acuerdo con Ballmer, “todos estos cambios se han realizado para alinear nuestras unidades de negtocio de modo que mejoren la toma de decisiones y la ejecución”. De hecho, la firma espera “entrar en un periodo de 18 meses lleno de lanzamientos innovadores en cada una de las tres nuevas divisiones”.
