A mediados de 2004 se aprobó el Plan de la Administración y Gobierno Electrónicos 2004-2006, en el que se encuentra inmerso el Gobierno Vasco, como una evolución natural del Plan de Euskadi en la Sociedad de la Información. Su principal objetivo era imprimir la suficiente fuerza al salto cualitativo que se espera como para dejar de hablar de e-Administración y hablar, simplemente, de Administración, porque ésta ya no se entiende sin su componente telemático en los servicios públicos.
El País Vasco cuenta con uno de los mejores cimientos para levantar este proyecto: la penetración de Internet en la sociedad. Este escenario viene definido por el hecho de que cerca del 80 por ciento de los usuarios de Internet se encuentra por debajo de los 45 años, con una proporción de un 70 por ciento que son hombres y un 30 por ciento mujeres, aunque, como se apunta desde la Administración regional, “existe una clara tendencia a repartirse a partes iguales entre hombres”. Asimismo, otro dato muy positivo se concreta que haber conseguido superar la circunstancia en que era el trabajo el lugar de acceso predominante, habiendo sido sobradamente superado por el hogar.
Estas cifras delatan la buena disposición existente entre los ciudadanos para consolidar la ansiada Sociedad de la Información gracias, en gran medida, a las actuaciones por parte del Gobierno regional. Así, se ha pretendido crear un entorno en el que el ciudadano sea el que se acerque a las nuevas tecnologías y no a la inversa, facilitando la adquisición de equipos, asegurando el acceso a través de banda ancha y, además, cuidando especialmente la formación tanto profesional como de colectivos sociales que de manera natural no se acercarían al mundo de Internet. Los datos hablan por sí solos: el porcentaje de población que tiene acceso desde el hogar a Internet, según las fuentes, varía entre el 25 por ciento y el 28,9 por ciento en el año 2002, con tendencia alcista; según el Instituto Vasco de Estadística para 2003 y 2004, el 27,6 por ciento de la población accede diariamente y para el 44 por ciento de la población son los días laborables, de lunes a viernes, los de más acceso.
El País Vasco asumió desde el primer momento el alineamiento con la Agenda de Lisboa, de la que no hay que olvidar tiene un carácter pluridimensional, esto es, que abarca desde la innovación económica a la cohesión social y la sostenibilidad ambiental. El objetivo pasa por incrementar la productividad a través de la innovación continua, con positivas consecuencias para una sociedad más cohesionada. Esta innovación será, además, clave para poder disociar el crecimiento del PIB y el aumento del deterioro medioambiental.
Es en este contexto en el que la Comunidad afronta su “Segunda Gran Transformación, Económica” que se levanta sobre tres grandes pilares: la sociedad del conocimiento, la investigación y la tecnología, y la calidad total. Como parte esencial de esta transformación surgió el Foro de Competitividad Euskadi 2015, promovido por el Departamento de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno Vasco, con el objetivo de reflexionar sobre los retos y las claves estratégicas que conformarán el posicionamiento competitivo de Euskadi en el nuevo entorno global.
En este sentido, llegar a la empresa y concienciarla de la importancia de la incorporación de las nuevas tecnologías resulta esencial. El Gobierno regional percibe la necesidad de actuar sobre la dimensión empresarial y de generar grupos empresariales para competir en la economía global. Para ello, será necesaria la formación de grupos con capacidad de competir en este nuevo contexto, por lo que la colaboración interempresarial se hará más necesaria que nunca, potenciando así el incremento de la actividad internacional de las empresas vascas.
El Gobierno Vasco ha desarrollado diversos programas con los que favorecer este proceso. Así, uno de los componentes más sobresalientes son los clusters o agencias de desarrollo comarcal, con las que se genera la vocación de crecimiento en las empresas vascas, fomentando la colaboración y las alianzas. Asimismo, no se han descuidado los instrumentos de financiación de apoyo al crecimiento.
Un buen ejemplo de estos clusters de empresas es GAIA (asociación cluster de telecomunicaciones) cuya misión es la promoción del desarrollo y el crecimiento del sector Electrónico-Informático, Telecomunicaciones, y Multimedia e Industria de Contenidos. Las últimas cifras relativas a GAIA hablan de un 3,5 por ciento del valor añadido de la industria vasca, empleando a casi 8.000 personas, con una facturación de más de 1.500 millones de euros, de los cuales, un 33 por ciento procede de la exportación.
Paralelamente, otra de las líneas de actuación se centra en la generación de una cultura de emprendedor, teniendo en cuenta los diversos factores que inciden sobre la actividad emprendedora (grado de competencia de los mercados, flexibilidad del marco, etc.). Siguiendo estos cauces se desemboca en un tejido empresarial cada vez más competitivo, para cuya expansión también se trabaja desde la Administración. Así, se impulsa el hecho de que todas las empresas vascas tengan asumida e integrada la variable internacional, abordando no sólo las oportunidades de este aperturismo sino también sus amenazas. Y, como sucede en el resto de las actuaciones, la persona en el centro de todo, contemplando el desarrollo de personas con perfil internacional, es decir, con conocimientos de idiomas y comercio exterior y con una actitud abierta.
Desde el Gobierno vasco siempre se ha tenido muy presente que, en materia de I+D, debía existir una visión estratégica, muy coordinada con objeto de minimizar las duplicidades y las disfunciones. Tanto es así, que para llegar a la actual situación de la Comunidad ha habido de sucederse diferentes fases, esto es, en la década de los años 80 se acometió una profunda reestructuración que se vería fortalecida y diversificada a lo largo de los 90. En la actualidad, en plena etapa 2001-2010, la meta es caminar hacia la innovación y la excelencia y convertir al tejido económico vasco en un referente mundial en el campo de la innovación.
Así es como se afronta la “Segunda Gran Transformación Económica Vasca”, en donde no sólo se contempla el crecimiento en tecnología por parte de los sectores tradicionales competitivos, sino también nuevos sectores económicos intensivos en conocimientos.
La trayectoria del País Vasco en este segmento es muy positiva, puesto que en 23 años ha conseguido multiplicar por 23 su esfuerzo en I+D. Además, ha sido capaz de equilibrar los esfuerzos, puesto que tanto el sector público como el sector privado contribuyen a este crecimiento a diferencia de otros casos en los que el la Administración quien ha de tirar del carro-, con una de las tasas de crecimiento anual de la financiación del I+D más importante en Europa, junto a países como Finlandia. Las cifras así lo demuestran, puesto que de cada tres euros invertidos en el sistema, dos sin de naturaleza privada (64,5 por ciento) y uno pública (35,4 por ciento).
Asimismo, desde el punto de vista de la ejecución de este esfuerzo innovador, el 79 por ciento lo es por parte de las empresas, donde el 17 por ciento procede de los centros tecnológicos privados y un 63 por ciento de las empresas productivas y de servicios. El ámbito universitario contribuye a la causa con un 18 por ciento de las ejecuciones y los centros públicos de investigación hacen lo propio con un tres por ciento. En este contexto, es de indudable relevancia la contribución de la Red de Parques Tecnológicos de la Comunidad, que aglutina a 260 organizaciones, donde trabajan alrededor de 10.000 personas (aproximadamente 2.400 dedicadas a I+D). Según el estudio de impacto económico del año 2000, estos Parques impactan en el 3,5 por ciento del PIB y mantienen cerca de 30.000 empleos.
