Hace menos de una década los ATM (cajeros automáticos) eran lo más avanzado en sistemas de autoservicio. No obstante, soluciones más actuales han superado la funcionalidad de los cajeros, y hasta parece que el término ha quedado anticuado…
El término ATM se sigue utilizando, pero en efecto su tecnología parte de un concepto que ha sido superado, realmente deberíamos estar hablando de unidades o elementos de autoservicio, porque hasta hace poco la razón fundamental de existir de un cajero automático era la de dar dinero y, poco a poco, se han ido añadiendo otras funciones como resultado de la labor de I+D de diversas compañías, y ahora se está generalizando la utilización masiva de otras funciones que no son solamente las de facilitar dinero.
El tema clave en la actualidad está siendo la utilización masiva del autoservicio. En los últimos cuatro años han surgido muchas novedades tecnológicas, este año 2006 estamos viendo claramente se está produciendo una utilización mucho más intensa de las tecnologías de autoservicio, lo cual hace que muchas soluciones que hemos venido desarrollando en esta compañía durante los últimos tres años ahora se estén implantando de manera generalizada. Y no me refiero únicamente al autoservicio bancario o en las entidades financieras, sino también al mundo del retail en grandes superficies, y del autoservicio en general.
¿Qué soluciones de autoservicio son las que más se están utilizando?
Sin ninguna duda, el avance tecnológico más complejo era facilitar que el sistema no solamente diera dinero sino que también admitiera dinero, en lo que se conocía como ingreso no inteligente, que quedaba registrado pero que no era de disponibilidad inmediata, sino una vez que la entidad financiera hubiese comprobado la autenticidad del ingreso para posteriormente dar el alta en el saldo de la cuenta del usuario. Hoy en día, se considera depósito inteligente la capacidad de aceptar ese dinero, comprobar de acuerdo a las normativas europeas la autenticidad y cantidad de dinero a ingresar y, consecuentemente, actualizar en tiempo real el saldo en la cuenta corriente a la que va dirigido el ingreso.
Esta facilidad permite que la persona disponga del dinero inmediatamente después de haber efectuado el ingreso, y requiere un nivel de tecnología importante en cuanto a precisión para validar el ingreso del dinero. Esta capacidad se viene implementando ya desde hace unos meses y, en España, el nivel de implantación se va a desarrollar de manera progresiva. Otra solución que en autoservicio se está comenzando a implantar es la denominada `contact less`, que consiste en una tarjeta que no necesita lector con banda magnética o chip, sino que la lectura se efectúa a distancia. Esto va a permitir recargar las tarjetas a través de un cajero para después utilizarlas en los transportes públicos, por ejemplo. Y vamos a verlo funcionando pronto en España.
Uno de los temas que más preocupan en autoservicio son los niveles de seguridad, ¿se han producido avances en este sentido?
Siempre preocupa mucho la seguridad cuando se están realizando funciones de autoservicio. El ejemplo más elemental: cuando sacamos dinero de un cajero automático que el cajero no se confunda en la cantidad de dinero que nos tiene que dar. En este sentido, he de decir que hay tal nivel de confianza en el cajero automático que, mucha gente no cuenta el dinero cuando realiza un reintegro. No cabe duda de que el fraude existe en el duplicado de tarjetas, del mismo modo que se ataca a los cajeros automáticos; por tanto, disponer de una gama amplia de soluciones de seguridad que evite que se produzca este tipo de hechos es fundamental. NCR, en los últimos tres años, ha dedicado esfuerzos importantes en I+D para aportar soluciones de seguridad.
Por ejemplo, en dispositivos colocados en el lector de tarjetas que eviten que alguien pueda leer la información de la tarjeta y realizar duplicados falsos.
Una novedad significativa es un sistema que se instala en el cajero automático y detecta inmediatamente el momento en el que cualquier persona acerca un objeto y lo implanta en el cajero automático. Este sistema da un aviso a un software que a su vez avisa a la entidad de que existe un objeto ajeno al sistema. Otro de los últimos avances en seguridad consiste en un sistema que evita que alguien pueda ejecutar ningún software en el procesador del PC que controla al cajero automático, que no sea la aplicación conocida y validada por el propio cajero automático.
Los sistemas biométricos proporcionan mayor seguridad que las claves numéricas ¿por qué no se implementan a nivel de autoservicio?
No cabe duda de que los sistemas biométricos son un avance que permitiría disminuir el riesgo significativamente. No obstante, en autoservicio hay una regla fundamental a la que todos estamos habituados como usuarios y es que cuando una red de autoservicio nos permite utilizar alguna función todos exigimos poder ejecutar esa función en toda la red y no en un único y específico terminal. Esto implica que hay funciones que no son fácilmente añadibles a los cajeros que ya están instalados, por ejemplo la lectura del iris.
Esta funcionalidad requiere de un sistema de cámaras que permitan que, cuando el usuario se acerque al cajero las cámaras identifiquen el ojo, y permita operar con el cajero automático con un nivel de seguridad altísimo, el más elevado a nivel de seguridad en biometría. Pero el problema surge con la instalación de dispositivos de lectura de iris ya que son sistemas con un elevado coste para llevarlo a la extensa red actual de cajeros existente, y el elevado coste derivado no ya únicamente por el módulo de lectura, sino por cómo acoplarlo físicamente a los cajeros, teniendo en cuenta el lugar en el que deberían instalarse (a la altura de los ojos), y las costosas obras de adaptación en cada terminal. Otra cuestión es el ir implantando esta solución en los nuevos sistemas que se van instalando, pero poder ofrecer al usuario esta funcionalidad a toda la red de cajeros llevará tiempo e inversiones.
