“El Instituto Europeo de Tecnología romperá los muros que todavía dividen la investigación, la educación y el mundo empresarial”. Así de contundente se mostraba el presidente de la Comisión Europea José Manuel Durao Barroso en la presentación oficial de la puesta en marcha de este centro de innovación tecnológica. El responsable de la UE pidió a los Gobiernos que aporten una mayor inversión de las arcas comunitarias para potenciar este proyecto, de hecho, ha señalado que será necesario desembolsar la cantidad de 300 millones de euros durante el período 2008-2013.
La principal fuente de financiación en la que apoyará la creación de este instituto será la iniciativa privada, a la que habrá que convencer de la necesidad de su implantación de cara a competir con Estados Unidos y Japón, países que dedican el 2,6 y el 3,2 por ciento respectivamente a I+D, mientras que Europa se sitúa en un 1,8 por ciento. Ya hay empresas interesadas en financiar la iniciativa, entre las que se encuentran Microsoft, Siemens, Unilever, Nokia, Erikson, BP o Shell.
No obstante, hasta ahora, los países no han acogido con demasiado entusiasmo la propuesta de la Comisión, la cual pedirá expresamente a lo largo de la reunión informal que celebrarán hoy los Veinticinco en Finlandia, el apoyo del Consejo Europeo.