En el marco de espacio autelsi, en su foro de debate, coincidieron responsables de tecnología de algunas de las entidades y organismos públicos nacionales más representativos. Como ejemplo de ello, el subdirector general de Sistemas y Telecomunicaciones de Endesa, Ramón Cabezas, daba su visión sobre el cambio que está experimentando el entorno del director de tecnología, que atiende en los últimos años a una mayor presión en costes y en ofrecer servicios de calidad.
Este cambio afecta a que “el CIO hasta ahora requería conocimiento y gestión de presupuestos (Endesa por ejemplo se acerca a un presupuesto de 4.000 millones de euros en TIC), pero también necesitamos personas, procesos y trabajar con estándares y conocer cuál será mañana nuestro negocio; por ello, el nuevo camino será el que permita conocer el negocio, la tecnología e innovar, así como la relación con la compañía: la agenda del CIO está creciendo muy rápido”.
Manuel José Fernández, director general de Comunicación y Audiovisual de la Xunta de Galicia, hacía mención al hecho de que hay que pensar en el departamento de IT no como una unidad funcional sino como una compañía en sí misma.
Apuntaba al respecto que “si el responsable de TI ve el departamento como una compañía, teniendo como partner a la propia empresa para la que está funcionando, con una visión de cliente, tiene que tener un plan estratégico y dar soluciones para garantizar que los proyectos que lleva a cabo de qué manera suponen un cambio en el negocio de la empresa para la que trabaja”.
Jaime Corró, director de Sistemas de Información del Grupo Prisa, sostiene que en ocasiones, a título individual el camino natural de un CIO es buscar una salida a su labor tradicional, “porque al menos en mi caso ya no somos expertos en tecnología, sino que ahora estamos rodeados de expertos en tecnología, y lo único que somos capaces es de entenderlos; podemos decir que tenemos otros objetivos y tendremos que evolucionar, y habrá que ver hacia dónde nos dirigimos”.
Por otro lado, durante este encuentro salió a relucir el hecho de que en algunos entornos se comenta que si dejaran adaptar la legislación a la informática esto iba a funcionar. Adrián Martínez, director general de Organización, Inspección y Servicios del Gobierno de Aragón, era tajante en este punto: “creía que esto funcionaba al revés; éste es un país que se gasta anualmente el 9,4 por ciento del PIB (que asciende a 940.000 millones de euros) en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, cantidad que es elevada y eso que se dice que invertimos poco, cuando en Sanidad en todo el país no se llega al seis por ciento del PIB”.
Ramón Cabezas aportaba su visión sobre el concepto de la convergencia, “que es una realidad que te va impregnando poco a poco y sin darte cuenta te ves integrado”. Así, en esta línea indica que Endesa es la única eléctrica que dispone de una estructura donde telecomunicaciones, sistemas de información y sistemas de control -que son los que controlan la red eléctrica- están integrados en una única organización.
“Ello tiene muchas ventajas, no sólo desde el punto de vista de la eficiencia tecnológica, sino de costes y organizativas”, afirma. El directivo añade que “aquí hemos dado unos pasos muy importantes con respecto a los proveedores de servicios integrados y estamos dando más pasos para seguir en esta línea”.
Pero indica que existen dos problemas difíciles de gestionar, ya que “estas relaciones son muy complicadas, difíciles de gestionar y requieren contratos a largo plazo, que no tienen mucho atractivo y en ocasiones producen insatisfacciones”.
El segundo, de acuerdo con Cabezas, sería ver qué ocurre en las empresas que ofrecen servicios integrados, “ya que un servicio dentro de la empresa canibaliza a otro que está dentro de la propia compañía, como les puede ocurrir a los operadores de telefonía cuando empiecen a integrar telefonía fija y móvil, y se les pida servicios integrados”.
Adrián Martínez también incidía en que “se dice que hay un vacío legal en materia de tecnologías cuando, desde mi punto de vista, lo que hay es un Estado intervencionista. En España lo pasamos bien sujetando a todo el mundo y se explica que hay que hacer un marco regulatorio, pero hay que ver con qué criterios y en qué áreas”.
Asimismo, fue explícito al indicar que “también habrá que empezar a dejar hablar al mercado y quizás consigamos que éste depure todos los negocios que están saliendo alrededor de las tecnologías”.
Desde otra vertiente, Jesús Pérez Iridoy, director de Sistemas de Información de El Corte Inglés, aportaba su punto de vista y resaltaba en primer término que “los tiempos van cambiando y no es la primera vez que el CIO tiene que encontrar una justificación sobre cuáles son sus objetivos”.
Además de ello, abordó la problemática que afecta a los recursos humanos: “estamos entrando en una fase en la que no se está buscando gente que conozca mucho o poco de tecnología sino que sea capaz de liderar a un grupo que consiga objetivos que ayuden el negocio; pero es un terreno que no tiene mucha dificultad, solamente hay que saber adaptarse”.
José Fernández, de la Xunta de Galicia, enlazaba con este tema y afirmaba con respecto a la visión de que el CIO contemple el departamento TI como una compañía, que “eso tiene un problema, y es que tiene que haber cambios de organización importantes para dar soporte a ese modelo y también en los propios equipos; es decir, se necesita un capital humano que te permita hacer eso: gestión económica, gestión tecnológica, etc., y en eso soy un poco pesimista porque tanto en la Administración como en las empresas, no hay músculo suficiente en muchas de ellas”.
