El principal motivo que Asimelec destaca es el retraso que España tiene respecto a los países de su entorno en materia de tecnología y de la nueva economía del conocimiento. La finalidad es que se produzca la convergencia con los países de la UE, no sólo en cuanto a regulación, sino también en inversiones extraordinarias y reformas estructurales para asemejarnos a los países con niveles de desarrollo económico iguales o menores pero más avanzados en materia tecnológica, lo que consideran un factor básico para que España continúe en la “senda del crecimiento”.
Una de las conclusiones del estudio es que más del 85 por ciento del PIB de este país procede de las pymes y por ello se necesitan fomentar programas que sirvan para aumentar la sensibilización sobre las ventajas del uso de las nuevas tecnologías, así como asegurarse la disponibilidad de soluciones innovadoras y de calidad. Además, inciden en que es importante ofrecer formación y asesoramiento gratuito a los empresarios, así como aumentar el actual porcentaje de deducción en la cuota del Impuesto sobre Sociedades de las pymes para el fomento de las nuevas tecnologías hasta un 50 por ciento.
“En Asimelec hemos visto con buenos ojos la labor que ha hecho el Gobierno los últimos cuatro años. España en casi todos los parámetros avanza mucho más que los países de su entorno, pero tiene que hacerlo aún más para ponerse a la altura del resto”, señala Martín Pérez, presidente de la patronal.
Se pueden destacar también propuestas firmes dentro del análisis la importancia de lanzar un ambicioso programa que facilite la financiación de empresas tecnológicas en sus fases iniciales (por debajo de tres millones de euros); la necesidad de que se acometa una segunda liberalización del sector de las telcos; y el hecho de que la E-Administración sea la ‘palanca’ para avanzar hacia la SI.
