Considerada como la reunión más importante de 2010 en materia de Factura electrónica, estos días se está celebrando en Madrid una conferenciaorganizada por la presidencia española de la UE y la Comisión Europea para debatir las recomendaciones, presentadas en un informe, y las acciones que se deben llevar a cabo con el fin de eliminar las barreras que impiden el uso generalizado de la eFactura.
La reunión se configura así como una de las piezas clave en el desarrollo de la Agenda Digital para Europa y, dentro de ese marco, de la Declaración de Granada que, recordemos, fue aprobada la semana pasada.
“La factura electrónica es un elemento muy importante si se quiere avanzar rn un mercado único digital europeo, además de elevarse como valioso elemento para la competitividad, la innovación y la eficiencia de las organizaciones, tanto públicas como privadas. Por ello, es parte fundamental de la Agenda Digital y la Estrategia 2020”, afirmó Francisco Ros, secretario de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, durante la inauguración de la Conferencia.
De momento, la situación de Europa en materia de Factura electrónica no es elevada. De acuerdo con Ros, sólo el “siete por ciento” de los procesos y trámites administrativos se hacen a través de la eFactura. Por este motivo, tanto desde la presidencia española, como desde la Comisión Europea, se espera que en los próximos años se acelere y se generalice su uso; ya que el crecimiento estimado del número de facturas electrónicas emitidas en Europa es 2010 es del 37 por ciento. En este sentido, Bo Harold, jefe y miembro del Grupo de Expertos de la Comisión Europea, afirmó que “dentro de cinco u ocho años se podrá conseguir ese objetivo, incluso, en algunos países antes”.
En España, Ros aseguró que aparece como uno de los países líderes, por encima de esa media europea del siete por ciento y con una penetración de su uso entre empresas del 12 por ciento. Aunque, “estamos rezagados en su uso entre consumidores” (el cual, se sitúa entre el uno y el seis por ciento).
Además, la utilización de la factura electrónica no se realiza en igual medida entre las organizaciones. Su uso se extiende en las grandes empresas, pero no es así entre las pymes y las microempresas. Precisamente, éste último aspecto es uno de los principales retos que se debe abordar. Es decir, se hace imprescindible “centrarse en las necesidades concretas de este segmento, facilitar y simplificar las soluciones de eFactura, así como tener en cuenta que no pueden hacer frente a fuertes inversiones en este sentido”, explicó Harold.
Junto a esa barrera, también se hace patente la necesidad de establecer y armonizar un marco regulatorio común para todos los países miembros de la UE, se fomente la interoperabilidad y se adopte un modelo estándar. Dentro de este punto, la UE está impulsando un estándar común promovido por Naciones Unidas, denominado UNCEFACT Cross-Industry Invoice (CII) v.2., el cual, se espera que esté cerrado este verano.
La eFactura en España
En es caso de España es a través del Plan Avanza donde se están centrando todos los esfuerzos para impulsar el uso de la Factura electrónica. En este sentido, Ros destacó que, “entre 2006 y 2009, se han financiado 215 proyectos, con una movilización de fondos de 238,4 millones de euros, de los que el Ministerio de Industria ha aportado 71,8 millones”.
Para 2010, Industria ha elaborado un Plan de difusión que contará con una dotación de 475.000 euros y se centrará, entre otros aspectos, “en conseguir acuerdos con suministradores de servicios como gas, agua, electricidad, etc, que alcanza a gran número de ciudadanos; crear un portal web específico para fomentar su uso y poder descargar aplicaciones; y, establecer acuerdos de colaboración con proveedores de soluciones de factura electrónica”, concluyó Ros.