La presidencia española de la UE ha llegado a su fin. Bélgica será el país que tome el relevo y a la espera de sus actuaciones, España ha hecho balance del semestre.
Según el secretario de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, Francisco Ros, el resultado de la presidencia española de la UE ha sido positivo. En este sentido, sí es necesario destacar la celebración de importantes reuniones en el marco del impulso de las TIC a nivel europeo, como la Reunión Informal de Ministros de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información de la UE, que se celebró en el mes de abril, en Granada, donde se aprobó la ‘Declaración Ministerial de Granada para la Agenda Digital Europea’, uno de los textos de referencia en el desarrollo de la Estrategia Digital de la UE para los próximos años.
Asimismo, el Congreso Mundial de Tecnologías de la Información, WCIT2010, celebrado en Amsterdam el pasado mes de mayo, dio fruto a la ‘Declaración de Amsterdam’. Este texto que pretende marcar la ruta a seguir en los próximos años para conseguir una mejor calidad de vida y un mundo mejor a través de las TIC. Otra de las reuniones destacadas fue la realizada el 31 de mayo en Bruselas. Allí, el Consejo de Ministros de la UE de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información tomó nota de la presentación por la Comisión de su propuesta para la Agenda Digital Europea y la adoptó formalmente en sus Conclusiones. Asimismo, remitió la Agenda Digital para su discusión por el Consejo Europeo de Jefes de Estado y de Gobierno de junio, subrayando su importancia como uno de los pilares de la estrategia ‘Estrategia Europa 2020’.
Sin duda, el paso más importante se dio con la aprobación de la ‘Agenda Digital para Europa’ en el Consejo de Ministros de Transporte, Telecomunicaciones y Energía el 31 del mayo; era un objetivo que España quería conseguir antes de finalizar su presidencia y así lo hizo.
Junto a la aprobación de la nueva Agenda Digital, durante la presidencia española se lanzó la Carta Europea de Derechos de los usuarios de comunicaciones electrónicas, lo que supone extender al resto de Europa una normativa similar a la aprobada recientemente en España sobre los derechos de los usuarios de telecomunicaciones.
Según se ha concluido, en los próximos años, Europa debería destinar los recursos necesarios para seguir avanzado en sus objetivos como hacer frente a la crisis, potenciar la productividad, atraer inversiones, y facilitar la creación de empleo, entre otras cuestiones, aprovechando los beneficios que ofrecen las TIC. Y para ello, aún queda mucho camino por recorrer, tanto a nivel nacional, como europeo.