La sociedad española tiene ante sí una de las peores situaciones económicas que se recuerda, la cual afecta a la mayor parte de los estamentos que la componen. La precariedad inversora y de empleo es un lastre que tiene que asumir desgraciadamente y que tiene pocos visos de mejorar, al menos a corto y medio plazo. Este panorama de desilusión, y de realidad, envuelve a sectores variopintos y, de paso, abofetea a las TIC como mecanismo de reactivación. Su implicación en los procesos de desarrollo de las organizaciones se paraliza. Es así que de cara a este próximo año ya se prevé que los presupuestos tecnológicos decaigan en un 3%, síntoma evidente de la desaceleración que se avecina. Los planes de austeridad están sobre la mesa. El propio Partido Popular así lo ha marcado en su hoja de ruta después de las pasadas Elecciones Generales, con la intención, entre otras actuaciones, de “eliminar gastos superfluos y duplicidades”. Pero tampoco había que esperar a estos últimos comicios para darse cuenta de que el conjunto de la Administración ya había decidido recortar en lo posible sus inversiones y gastos TIC. Un hecho que corrobora este dato dicta que durante la primera mitad de 2011 las licitaciones en tecnología se habían reducido en la Administración en más de un 40%, con un mayor impacto en las Comunidades Autónomas y en las Entidades Locales. La tendencia es continuista, con el riesgo que ello supone para alcanzar algunos de los proyectos propuestos; como ejemplos están la eliminación del papel en la Administración o lograr -para algunos una auténtica utopía- la ansiada interoperabilidad. Habrá quien quiera mencionar que la AGE dice tener el 92% de sus procedimientos accesibles vía Web y que España es novena en el ranking mundial de desarrollo de la eAdministración -aunque un estudio de Orange la sitúa en el puesto 17-, o también el eDNI, la firma digital,…En cualquier caso, estaríamos en una guerra de datos que no lleva a ningún lado. Lo que de verdad importa es que la Administración se va a ver afectada por los recortes presupuestarios en mayor medida que otros sectores. Esta reducción tocará de lleno a las Tecnologías de la Información y con ello limitará la productividad y eficiencia que debe buscar cualquier organización. Y son muchas las personas y entidades que, liderando proyectos de vanguardia, están comprometidas en el seno de las AAPP en el desarrollo de iniciativas destinadas a estimular el uso de las TIC -Astic en sus Premios así lo reconoce año tras año-; sin embargo, es probable que poco puedan hacer y escasos reconocimientos obtener con las manos atadas.
La Administración afronta su futuro más incierto
Durante la primera mitad de 2011 las licitaciones en tecnología se habían reducido en la Administración en más de un 40%.
Publicado el 19 Dic 2011
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