Tras vivir una época dorada en la década de los noventa, alcanzó sus más altas cotas en los primeros años del siglo XXI. Como dato ilustrativo, en 2001 llegó a las 853 firmas expositoras, unos 271.864 visitantes que desfilaron en 10 pabellones, cubriendo una superficie total de 61.574 metros cuadrados. Como es sabido, la por entonces feria más importante del sur de Europa fue tocada en su línea de flotación por la crisis, y la consiguiente desbandada de las multinacionales tanto de Tecnologías de la Información como de las operadoras de telecomunicaciones.
Después de un paréntesis, que duró un año, Simo volvió a la carga -esta vez con el apellido Networking con una nueva imagen y una nueva dirección. María Valcarce, una experimentada profesional del mundo de las ferias dentro de IFEMA (organizadora del evento), tomaba el relevo del histórico Santiago Quiroga, que se vio sobrepasado por los acontecimientos. El renacer de Simo, de la mano del lanzamiento de Windows 7 que acaparó la atención en la edición de 2009, concitó las esperanzas del sector e hizo pensar que podíamos tener una segunda oportunidad para volver, si no a las grandes cifras del pasado sí a encontrar unas dimensiones dignas de un evento de estas características. Los organizadores, por activa y por pasiva, insisten en que no se pueden comparar ambas épocas. Simo Network tiene un enfoque profesional y no da lugar al mundo del consumo, hecho que tantas críticas suscitó. Pero una cosa, es que la feria no recupere su ‘grandeur’ de antaño y otra que se quede reducida a un evento más de los que se producen al mes. Incluso hay encuentros uniempresariales que mueven más negocio. La reducción de partners estratégicos de la feria año a año (de los cinco de 2011 hemos pasado a dos en 2012) es un hecho más que preocupante. Pedimos desde esta tribuna que las multinacionales TIC dejen de lamerse las heridas y den su respaldo a un evento que corre la misma suerte que el sector y sus actores principales. Las ferias no están muertas, pese a Internet. La reciente IFA alemana es un ejemplo. En definitiva, es cuestión de querer apoyar a Simo y por ende al sector tecnológico.
