Como adelantábamos hace unos días, Michael Dell y sus socios de Silver Lake Partners pedían al comité especial de la compañía retrasar la votación de los accionistas demandando un cambio en las normas bajo las cuales los inversores votarán en la transacción.
Actualmente, bajo las reglas del comité especial que supervisa el proceso de votación, un accionista que no vota es como si votara en contra de la privatización. Por dicho motivo, Dell y Silver Lake han pedido al comité especial que cambie las reglas de votación para declarar a los accionistas que no votarán como votos en blanco, y no como votos en contra. Así solo se contabilizarán los votos reales que sí aprueban la operación, y los que no la ratifican.
Mientras el comité especial está valorando esta demanda, -tiene de plazo hasta el 2 de agosto, fecha en la que se ha establecido de nuevo la votación-, Carl Icahn, el mayor opositor a la privatización de Dell, está pidiendo insistentemente a dicho comité que no cambie estas normas ya que favorecerían a Michael Dell y sus socios.
Icahn, que ha acumulado una participación del 8,7% en el capital de Dell y está liderando la oposición junto con Southeastern Asset Management en contra de la privatización con una oferta propia, ha señalado que la protección de los accionistas que ofrecen las reglas originales era demasiado importante como para renunciar prácticamente a cualquier precio.