Por primera vez en la historia de España, un Gobierno elige la figura de CIO de la Administración, estando en línea directa con los representantes más altos del Ejecutivo; en este caso, con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Nadie, con un perfil tan técnico, había estado tan cerca de la alta alcurnia política.
Domingo Molina es ahora el héroe que materializa los anhelos de las voces más tecnológicas de la Administración. Consciente de la presión que tiene encima, y de que su nombramiento es fruto de los esfuerzos de una buena parte de la comunidad pública tecnóloga, sus primeros pasos vendrán alumbrados por la colaboración y ayuda de todos, y que ya ha pedido, por cierto.
Su deseo es que todos los agentes trabajen como un solo equipo en el día a día, y como si tuvieran puesto el gorro de CIOAGE, y engloba “a todos, incluidas las empresas. Además, para que un equipo funcione bien debe haber mucha lealtad y cohesión”, matizaba.
Otro de los aspectos, -y quizás más disruptivos-, que guiará el modus operandi del CIOAGE, tal y como ha desvelado durante el Meeting Point, es que cualquier unidad prestará servicio a las demás, cuando estas carezcan de recursos. Esta aproximación deriva de la experiencia de Domingo Molina, que estando al frente de la Agencia Tributaria, llevó a cabo un proyecto de prestación de servicios para otro organismo y que no eran de su competencia, con un buen resultado. “Esta capilaridad se debe orquestar en una misma partitura, algo que la Seguridad Social y la Agencia Tributaria hacen muy bien. Los recursos se mueven allí donde establece la dirección. Y pienso que en la AGE debemos buscar un esquema similar que posibilite que las prioridades se vayan adecuando de la mejor manera posible”, puntualizaba.
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