La estrategia personal de Indra

¿El matrimonio entre Javier Monzón e Indra está consensuado o no ha sido más que un pacto temporal antes del divorcio definitivo?

Publicado el 04 Jul 2014

Indra

Javier Monzón ha sido reelegido por la reciente Junta General Ordinaria de Accionistas 2014 de Indra como presidente de la compañía, una relación entre ambas partes que perdura desde hace más de 22 años y que muestra la ligazón y la identificación existente entre el directivo y la primera firma española del sector tecnológico. ¿Pero está este matrimonio consensuado o no ha sido más que un pacto temporal antes del divorcio definitivo? Todo parece indicar, si los rumores así terminan confirmándolo, que la salida de Monzón es un hecho ya pactado a pesar de la ratificación del máximo ejecutivo de la organización, eso sí, teniendo en cuenta la indemnización de varios millones de euros que recibiría. Quizás es debido a que el tiempo pasa para todos y que cada cual debe ser consecuente con las alianzas que emprende y de los resultados que cosecha y también, en su caso, tras desarrollar una estrategia más centrada en lo personal que en lo empresarial. Es ahora cuando el Gobierno pretende iniciar un cambio -sobre todo después de que la SEPI se hiciera cargo de las acciones de Bankia y pasara a controlar el 20% de Indra-, por lo que estaría moviendo los hilos para que las directrices de la compañía caigan en manos más cercanas a sus intereses. ¿Por qué de esta decisión? Hablamos de una organización líder de su sector que no ha sabido evolucionar y que tiene en sus operaciones fuera de España -un 61% del negocio- y principalmente en Latinoamérica su tabla de salvación -En España en el primer trimestre del año sus ventas cayeron un 10% y un 11% en 2013-. En el último lustro, además, sus inversiones no han dado sus frutos y ha llevado su deuda desde 150 a más de 600 millones de euros. Los vaivenes ya se están produciendo y son muchos los directivos que están saliendo, y otros a la espera de correr la misma suerte. Y más allá de ello, lo peor podría estar por venir si algunos de los rumores más nefastos para Indra se confirmaran, como la posibilidad de que se llegara a segmentar y partir. ¿Sería el principio del fin de la gran Indra? Me refiero a que sus gestores decidieran desprenderse de todo lo relacionado con Defensa, Control Aéreo y Seguridad, operaciones clave para la compañía que quizás terminen en manos de Navantia. Podría ser una salida para incrementar el valor de la compañía, pero dejando en el camino operaciones de venta de filiales o de ERE.

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Ambrosio Rodríguez
Ambrosio Rodríguez

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