El mercado mundial de tabletas ha sufrido una brusca desaceleración como consecuencia de la caída experimentada en la venta de iPad, el modelo de Apple que alumbró la nueva categoría de dispositivos y ahora empieza un lento pero perceptible declive. El ciclo de vida de las tabletas ha continuado alargándose y no se ha producido el recambio generacional que sí se está observando en el negocio de smartphones.
Para este año la consultora IDC estima un crecimiento total del 7,2%, una cifra muy inferior al 52,5% cosechado el pasado año y a años luz de los incrementos de tres cifras de ejercicios anteriores. Como explica Ryan Reith, analista de IDC, al principio se esperaba que las tabletas se renovaran a un ritmo no superior a los dos o tres años, sin embargo los usuarios han apostado por mantener sus viejos dispositivos durante cuatro años o más. “La clave está en el mantenimietno del soporte de software legacy y el incremento del uso del smartphones para una amplia variedad de tareas productivas”.
Los fabricantes están poniendo especial empeño en promocionar el despegue de los 2-en-1 una nueva categoría de dispositivos, a medio camino entre la tableta y el laptop que, a pesar de todo tan sólo alcanzará unas ventas de 8,7 millones de unidades en 2014, lo que representa el 4% del total de mercado de tabletas. La renuencia de los usuarios hacia esta nueva categoría de equipos tiene relación con su resistencia a adquirir equipos basados en Windows 8, la plataforma operativa en la que están basados la mayoría de estos dispositivos.