“Veinte años no es nada”, si no hablamos de tecnología… En ese caso la velocidad de los cambios impulsados por las TIC nos obligan a hablar de una realidad muy diferente. En 1995, se enviaban los primeros mails en la Administración pública, Internet era un eco lejano y los expedientes existían única y exclusivamente en papel. Lo que tienen en común la Administración de hace dos décadas y la de ahora es su función principal, el servicio público al ciudadano. La evolución tecnológica ha generado nuevas demandas y también la posibilidad de responder a ellas de manera diferente.
Hace 20 años hablábamos de informática como un departamento estanco, aislado del resto de la organización. Hoy hablamos de tecnología como un elemento estratégico y transversal que constituye el sistema nervioso de empresas y administraciones públicas. La figura del CIO ya no es exclusiva del sector privado, el Estado y las comunidades autonomías, Galicia entre las primeras, apuestan por esta figura como responsable de un departamento sobre el que recae el liderazgo de la política tecnológica de la Administración Pública, el impulso de la reutilización de los recursos tecnológicos y la suma de esfuerzos e iniciativas entre los diferentes niveles administrativos.
La administración electrónica es hoy una realidad que permite trámites online y ventanillas virtuales abiertas las 24 horas del día los 365 días del año. Unos servicios digitales que han requerido cambios, tanto normativos, que les otorgan validez legal, como el rediseño de multitud de procesos administrativos, la implantación de sistemas capaces de mejorar la coordinación entre departamentos de una misma administración y la interoperabilidad con sistemas de otras administraciones.
Toda una revolución, paulatina, que requiere del acompañamiento necesario para facilitar y afianzar la adaptación de ciudadanos y profesionales a un nuevo modelo de relación y de prestación de servicios públicos donde el canal telemático y los servicios en movilidad serán preferentes.
Para abordar esta transformación, Galicia puso en marcha en el 2010 el primer Plan de Modernización de la Administración pública, una de las medidas de la primera estrategia tecnológica global de la Xunta, 2014. En cuatro años hemos avanzado en los objetivos marcados creando una Administración más ‘inteligente’, más próxima al ciudadano, gracias a la implantación de nuevos servicios digitales, a la dotación de las herramientas necesarias a los empleados públicos, a la evolución a sistemas de información globales, a la consolidación y homogeneización de infraestructuras, como la entrada en funcionamiento Centro de Proceso de Datos Integral de la Xunta de Galicia, o el impulso de interoperabilidad entre Administraciones.
En los últimos cuatro años, Galicia ha sentado las bases indispensables para implantar una verdadera administración electrónica. Para culminar el camino el Gobierno de la Xunta acaba de aprobar el Plan de Administración y Gobierno Digital, 2015-2020. Un plan que da respuesta a los desafíos que formula la nueva Agenda Digital de Galicia 2020en el ámbito de la reforma de la Administración Pública. El objetivo final es conseguir una administración digital, abierta, flexible, cooperativa, ágil en sus respuestas y eficiente en el uso de los recursos públicos, que conoce al administrado y tiene capacidad para anticiparse a sus necesidades.
Una hoja de ruta a cinco años vista, abierta a la colaboración con los agentes implicados, los protagonistas del cambio: ciudadanos y empleados públicos, y vigilante a las necesidades y oportunidades que vaya marcando la propia evolución de la tecnología. El actual contexto digital avanza a ritmo vertiginoso y la sociedad demanda que las administraciones también avancemos hacia nuevos modelos de interacción, apertura y participación, ese es el camino,… dentro de 20 años, probablemente, estos desafíos que hoy afrontamos se habrán convertido en los pilares de una Administración muy diferente a la actual.
