Por la dinámica del mercado de PC, donde las ventas se han estancado y pueden bajar en los próximos trimestres, y por la necesidad de ganar en economías de escala, la consolidación en esta industria está cantada. Es lo que piensa también Michael Dell, que hace unos días señaló que en los próximos años los tres primeros fabricantes del mercado ganarán cuota de mercado a costa de las marcas que no están en la cabeza del ranking.
Precisamente, Dell está en este tridente de cabeza, justo por detrás de Lenovo y HP. Entre estas tres marcas, según los últimos datos de las consultoras, acaparan hoy más del 50% del mercado. Para Michael Dell este triplete acaparará alrededor del 80% del mercado en un plazo de 5 a 7 años. El CEO de Dell lo dijo en una reunión con periodistas que se celebró en Bengaluru, India.
En todo caso, la industria del PC vive momentos de incertidumbre. Aunque crece a buen ritmo en mercados como el español, a nivel general las noticias no son tan buenas. Según IDC, las ventas en todo el mundo caerán casi un 9% este año. La previsión de IDC, realizada el mes pasado, es más lúgubre que la anterior, que cifraba la caída en un 6,2%. En cualquier caso, IDC también avanza que la industria volverá a ratios positivos de crecimiento a la altura de 2017.
Además, en este encuentro Michael Dell valoró positivamente la salida de Bolsa de su compañía en 2013, lo que le ha dado más margen al directivo para dirigir a la corporación en un momento en que el ordenador personal, su negocio primigenio, está amenazado por otros formatos, como el smartphone. Además, con este movimiento Dell ha ganado tiempo para darle un giro a la compañía y convertirla en un referente en el ámbito de las soluciones empresariales de computación, almacenamiento o redes. Siguiendo la estela de HP, IBM o Cisco.
“Convertirnos en una empresa privada (que no cotiza) ciertamente nos ha permitido centrarnos en un futuro que vemos a 3, 5 o 10 años, y no en unas metas tan cortoplacistas como las que se imponen a las empresas cotizadas”, señaló Dell. Por último, el directivo desdeñó las posibilidades de hacer negocio en el mundo de la telefonía móvil: “Sólo una o dos compañías ganan dinero con la fabricación de móviles hoy, y hay otro grupo de firmas que pierden grandes sumas en este mercado. Por eso digo: no gracias, no quiero estar en el negocio de los teléfonos”.
