Por Óscar Maciá, CEO de ForceManager
Nadie podía prever que aquel experimento del Departamento de Defensa de los Estados Unidos de América allá por los años 60 rompería con todo lo establecido. Internet, su irrupción y posterior democratización, y en especial su aplicación en el campo de la tecnología móvil, ha supuesto una auténtica revolución en el ámbito social y empresarial, abriendo la puerta a un mundo lleno de posibilidades.
Si bien a nivel personal la comunicación entre personas ha cambiado y ha multiplicado sus opciones gracias a la tecnología móvil, a nivel empresarial, los dispositivos móviles –con el smartphone de abanderado– han modificado radicalmente la forma de trabajo de las compañías, haciéndolas, entre otras cosas, mucho más eficientes.
Smartphones, tablets y smartwatches permiten al empresario optimizar medios y reducir costes. También les facilita la toma de decisiones, ya que dispone de información actualizada en tiempo real, lo que contribuye en última instancia a la expansión de la compañía. Para los trabajadores, el uso de dispositivos móviles permite acceder al correo electrónico desde cualquier lugar, así como a archivos y aplicaciones propias de la compañía, haciendo posible el trabajo a pleno rendimiento desde cualquier emplazamiento.
En las empresas, uno de los principales beneficiarios de la tecnología móvil ha sido el departamento comercial. A finales de los ochenta, los comerciales a pie de calle fueron los primeros en tener teléfono móvil, ante lo aparatoso que resultaba ponerse en contacto con ellos por estar constantemente en ruta. En la actualidad, para los profesionales de ventas de cualquier empresa –independientemente de su tamaño–, la tecnología móvil se ha convertido en una pieza clave, al poder disponer, en cualquier lugar y en un solo dispositivo, de todas las herramientas y materiales necesarios para su día a día, sin necesidad de acarrear con ellos catálogos y en ocasiones ni siquiera el ordenador portátil. Así mismo, sus responsables, los sales managers, pueden coordinar a su equipo comercial a distancia, al mismo tiempo que conocen de primera mano y de forma actualizada la ejecución y el cumplimiento de los objetivos marcados.
El software de gestión comercial permite que las ventas sean más productivas, ya que automatiza muchas de las tareas diarias que el profesional debe realizar y así éste puede concentrar toda su atención en la labor primordial de vender. Decir que la tarea principal de un departamento de ventas es vender puede parecer una obviedad, y sin embargo, en empresas sin sistemas informáticos automatizados, los comerciales dedican gran parte de su jornada laboral a reportar sobre la labor que realizan. Además, contar con un software móvil tiene la ventaja de que el comercial pueda ofrecer al cliente, durante su visita, una atención rápida y personalizada, con propuestas de valor añadido real para los compradores, que les diferencia de la competencia.
Sin embargo, sobre la tecnología móvil planea la sombra de la inversión económica inicial que requiere su integración en la empresa, no sólo por la adquisición de los terminales y el consumo, sino también por la adaptación del software de movilidad en función del producto o servicio que comercialice. No podemos negar que se trata de dos importantes montantes económicos que suponen un hándicap para algunos empresarios, aunque debemos verlo como una inversión más que recuperable a medio y largo plazo. A todo esto, debemos sumar el hecho de que, a menudo, su excesiva utilización implica traspasar la frontera de los horarios laborales, si bien éste es un debate más global con muchas otras implicaciones que van más allá de contar o no con un software de movilidad.
A estas alturas, nadie duda de que el uso de dispositivos móviles en entornos empresariales supone un empujón para la productividad de toda empresa. Nos encontramos al principio de un camino que no tiene marcha atrás: las tendencias en movilidad van penetrando en todas las facetas de nuestra vida diaria, tanto en el ámbito personal como en el profesional, y van buscando la forma de adecuarse cada vez más las necesidades existentes en cada entorno. Que las empresas incorporen la tecnología a su día a día, especialmente en los departamentos en los que –como en ventas– existe más potencial, es solo una cuestión de tiempo.
