Algo similar ocurre con toda compañía: lo lógico sería probar sus productos y servicios antes de juzgarla; sin embargo, ya nos construimos una primera imagen de ella con solo escuchar su nombre.
Es por ello que bautizar una empresa es un asunto delicado, una decisión que puede suponer, en ocasiones, el fracaso o éxito de la entidad. En relación con esto, a continuación, planteamos algunas recomendaciones.
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Procura que sea fácil de pronunciar y suene bien
Los expertos coinciden en que, a la hora de escoger nombre de nuestra compañía, la sencillez es una virtud. En este sentido, que la denominación pueda pronunciarse con facilidad y suene bien ayuda, sin duda, a su difusión. De esta manera, es conveniente evitar cacofonías, así como probar a traducir el nombre a otros idiomas y tener en cuenta sus valores fónicos.
Consulta con una asesoría
Si a pesar de las recomendaciones aquí recogidas el lector continúa albergando dudas, siempre puede decantarse por recurrir a un profesional. Es el caso de las asesorías, dedicadas a buscar soluciones para las necesidades de toda compañía. Igualmente, las agencias de publicidad cuentan con trabajadores especializados en dar con la mejor denominación para tu entidad. De este modo, una manera sencilla de hallar nuestra asesoría o agencia más cercana es consultar directorios online como el de PáginasAmarillas, donde basta con seleccionar la ubicación y el tipo de actividad para acceder a los servicios de referencia en nuestra zona.
Intenta que identifique el tipo de negocio y los valores corporativos
Por otro lado, lo ideal sería que la palabra escogida evocara el ámbito de actividad de la empresa. Esta no es, claro está, una tarea sencilla, pero sí un objetivo al que podemos y debemos aspirar. Una manera de conseguirlo es repasar las herramientas, productos, tecnicismos y, en general, todos los campos semánticos vinculados a nuestro negocio. Por ejemplo, si regentamos un taller mecánico, repasaremos los elementos de un vehículo, pero también el terreno de la seguridad vial o de los instrumentos de reparación. Asimismo, hay que aprovechar las connotaciones del nombre elegido, siempre que representen correctamente los valores positivos de la marca.
Asegúrate de que los clientes lo recordarán
Una encuesta para conocer la ‘memorabilidad’ de nuestro nombre y fácil de practicar es la siguiente: hablar a algunos amigos de nuestra empresa y su denominación, dejar que transcurra una semana y, después, preguntarles si recuerdan aquello que les dijimos. Estudia su relevancia en Google y regístralo.
Para terminar, sugerimos un par de pasos adicionales. El primero consiste en realizar una búsqueda del nombre en Google Adwords. Se trata de un excelente recurso para comprobar la popularidad de nuestras palabras clave, así como una primera fórmula que nos acerca a futuras estrategias de SEO. Por último, no nos olvidaremos de registrar nuestra marca, previa comprobación de que el nombre definitivo no ha sido ya empleado anteriormente por otra compañía.