Un nuevo caso de ‘conspiración’ ha sacudido este fin de semana Huawei. El directivo de ventas de la firma asiática, Wang Weijing, era arrestado el martes en Polonia bajo la acusación de ‘espionaje’, hecho que salió a la luz el viernes. Al día siguiente, la firma china se desligó del asunto y declaró no tener nada que ver con su comportamiento, enviando una carta en la que se anunciaba el despido del ‘dudoso’ empleado.
Como ya sucediera con la detención de su directora financiera e hija del fundador, Sabrina Meng Wanzhou, la firma reiteró su compromiso con la legalidad y aseveró que “cumple con todas las leyes y regulaciones aplicables en los países donde opera, y requerimos que todos los empleados cumplan con las leyes y regulaciones en los países donde se basan”.
Recordemos que Washington recela de Huawei por su presunta ‘vinculación’ con el gobierno chino (hecho que siempre ha negado) y ha prohibido a los organismos públicos y contratistas estadounidenses hacer uso de su tecnología.
Australia y Nueva Zelanda, ambos miembros de la llamada alianza de inteligencia Five Eyes, junto con EEUU, Canadá y Gran Bretaña, también han impedido a Huawei participar en la construcción de sus redes inalámbricas 5G de próxima generación.
