Compusof afila sus armas para afrontar un ejercicio que muestra ciertas nubes en el horizonte. Por lo pronto, acaba de obtener la certificación ISO 27001 en seguridad de la información, que se añade a otras cuatro que tenía en cartera, referidas a calidad, medio ambiente, ITIL y Administración Pública. Con este repóquer de certificaciones, que no obra en poder incluso de algunos fabricantes, Compusof obtiene una ventaja competitiva, como asegura Moisés Camarero, director general del grupo: “Conseguimos una diferenciación que nos permite validar calidad, procesos, metodología y control de la seguridad. Un aval para disminuir riesgos en los proyectos”.
“Conseguimos una diferenciación que nos permite validar calidad, procesos, metodología y control de la seguridad. Un aval para disminuir riesgos en los proyectos”
Otro valor distintivo es el nombramiento de Camarero dentro de la junta directiva de Aslan, una asociación con bastante peso en la industria. Un reconocimiento que le permitirá “colaborar en el desarrollo del sector y ayudar a que las TIC sean percibidas por las autoridades como la industria relevante que es”. En el fondo, se trata de evangelizar y hacer pedagogía de aspectos claves como la transformación digital y la ciberseguridad. Con estos mimbres, la compañía se muestra optimista con reservas de cara a 2019, teniendo en cuenta que 2018 ha sido un buen año para el canal de distribución, que ha mostrado un crecimiento medio del 9%, aunque la feria no hay ido igual para todo el mundo, dado que muchas empresas están sufriendo el rigor “del relevo generacional y de obsolescencia de su modelo de negocio”.
Presupuestos prorrogados
En 2018 la empresa facturó a nivel mundial 56 millones, tres millones más que un año antes, lo que se traduce en un incremento del 5%, y del 10% en el capítulo de beneficios. Sobre este ejercicio pende la espada de Damocles de las elecciones municipales, europeas y generales. “Pensamos que la Administración no va a comprar lo habitual y que va a resultar muy difícil que se aprueben los presupuestos generales”, augura el directivo. Irónicamente, si son prorrogados los últimos presupuestos de la era Rajoy, el sector saldría beneficiado por ser “razonablemente expansivos y han propiciado la renovación de equipos y la inversión en tecnología”.
En el ámbito de la AAPP, Compusof parte con una situación ventajosa porque cuenta con las claves de patrimonio en los capítulos de las comunicaciones, seguridad y microinformática (en este caso, de la mano de HP), es decir, forma parte del catálogo de compras por estar considerado un proveedor de referencia y participa en muchos procesos de compra sin necesidad de concurso público. Un catálogo que este año va a sufrir modificaciones, concretamente en el capítulo de servidores y almacenamiento, que se va a abrir más al mercado y afectará a los márgenes de beneficios, lo cual puede ser mortal de necesidad para integradores que tradicionalmente vienen viviendo de este nicho.
Para Compusof los vientos son favorables, acaba de suscribir un contrato con Informática de la Comunidad de Madrid (ICM) para el suministro inicial de 18.000 PC y de momento los contratos están funcionando en México, su segundo gran mercado, pese a la política errática de su presidente López Obrador. “Estamos en un año atípico, y puede que en la segunda parte del año muchos proveedores lo pasen mal”, advierte Camarero.