La unidad de servicios de infraestructura, que proporciona servicios relacionados con centros de datos, redes de servidores y otro hardware de TI y actualmente aporta 19.000 millones de dólares en ingresos anuales, se constituirá en una nueva empresa con un nuevo nombre, mientras que la ‘IBM convencional’ se centrará en el área de los servicios en la nube. La separación debe completarse a finales de 2021, ha ratificado la compañía, cuyos gastos derivados de la operación ascenderán a 2.500 millones de dólares.
Arvind Krishna, CEO de la corporación, ya avanzó que la base de crecimiento de IBM se iba a cimentar en la nube híbrida y la inteligencia artificial, “un mercado con una oportunidad de mercado de un billón de dólares”, según ha comentado en medios estadounidenses.
La historia de IBM es largamente conocida, fundada en 1911 por Thomas Watson padre, fue sinónimo de mainframe y personal computer, sucesivamente. Vendió su división de impresoras a Lexmark y la de PC a Lenovo, para centrarse en los servicios, y luego dirigió su estrategia hacia el cloud computing con la adquisición de Red Hat por 34.000 millones de dólares.
El mercado de valores reaccionó positivamente al anuncio con una subida de las acciones de IBM de alrededor del 10 por ciento
“Nos despojamos de redes en los años 90, nos despojamos de PC en la década de 2000, y desinvertimos en semiconductores hace unos cinco años porque todos ellos no necesariamente jugaban a la propuesta de valor integrada”, ha comentado Krishna.
La ‘empresa nueva’ tendrá alrededor de 90.000 empleados y 4.600 clientes empresariales en 115 países y tendrá el doble del tamaño de su competidor más cercano, asegura IBM en un comunicado. Sin embargo, en términos de facturación, HPE supera a la división segregada en 10.000 millones, con una cifra anual de 29.000 millones. Con esta jugada, 260.000 empleados de IBM se centrarán en la nube.