¿Qué aprendizaje destacarías de tu paso por EEUU, donde has estado en contacto con alguno de los proyectos más innovadores de BBVA?
J. L. E.: EEUU es el mercado financiero más grande del mundo, pero también, junto con China, es el país donde se generan las mayores disrupciones.
El ecosistema financiero en EEUU se ha ampliado de forma muy importante. No solo los grupos importantes o ‘fintech’ están participando en aspectos específicos de nuestra cadena de valor, sino que también las grandes tecnológicas están empezando a focalizarse más en el mundo financiero, particularmente en los medios de pago.
Gracias a mi experiencia en EEUU, me he dado cuenta de la importancia de que los bancos seamos capaces de responder a las nuevas necesidades de los clientes de una manera más ágil e innovadora y eso, sin duda, implica transformar la tecnología.
La tecnología siempre ha sido parte fundamental del negocio bancario. Pero en los últimos tiempos el desarrollo y la transformación de la tecnología se han acelerado. Con el desarrollo de internet y el ‘cloud computing’, los cambios tecnológicos suceden a una velocidad exponencialmente más rápida y eso demanda que los servicios financieros, también nos aceleremos.
En la nueva etapa que comienzas como CIO ¿cuáles son tus principales objetivos?
J. L. E.: Uno de los objetivos fundamentales del área de Ingeniería es habilitar tecnológicamente la estrategia del negocio. Es decir, Ingeniería acompaña a las unidades del banco, no solo en el desarrollo de sus actividades diarias para que el banco funcione y opere todos los días, sino también en el desarrollo de sus proyectos.
Por lo tanto, un primer objetivo pasa por contribuir a que el resto de las unidades del banco sean capaces de cumplir sus objetivos estratégicos. ¿Cómo lo hacemos? En buena medida a través del desarrollo de proyectos.
Un segundo objetivo muy importante está vinculado a que Ingeniería es la función productiva por excelencia en el banco. Nosotros no solo gestionamos el grueso de las operaciones bancarias; también gestionamos las operaciones de tecnología. En ese sentido, tenemos que garantizar que la operativa diaria en el banco es eficiente, confiable y segura.
Y el tercer objetivo es la transformación misma de la función de Ingeniería. Si Ingeniería no se transforma, es muy difícil contribuir a la transformación que el banco requiere y que nuestros clientes demandan. Y ahí, el principal reto que tenemos en los próximos años, pasa por poner en valor la plataforma que hemos construido durante estos últimos años e incrementar su adopción y uso.
¿Cómo valoras lo hecho hasta ahora en la construcción de la plataforma global? ¿Qué pasos faltarían por dar?
J. L. E.: La realidad tecnológica de cualquier banco es compleja. Es decir, el punto de partida es un ecosistema con múltiples infraestructuras, con arquitecturas que han sido desplegadas y acumuladas a lo largo de los años. Esto condiciona en gran medida la forma en la que hacemos las cosas y la velocidad que podemos tener a futuro. No nos podemos abstraer nunca de la realidad.
En los últimos años, en el equipo de Ingeniería y Organización hemos trabajado en la construcción de una plataforma, sustentada en tecnologías más modernas, que nos permiten aspirar progresivamente a la consecución de nuestros objetivos.
Esta plataforma nos facilita, en primer lugar, el procesamiento de bajo coste, es decir, la infraestructura sobre la que se sustenta la plataforma tiene un coste unitario menor que nuestras infraestructuras anteriores.
En segundo lugar, al estar pensada para el desarrollo de software y para facilitar el trabajo de los 12.000 desarrolladores del Grupo, es una plataforma que tiene más herramientas y un mayor nivel de automatización y seguridad. Por lo tanto, su adopción también implica que podamos adquirir mayores niveles de productividad y calidad en todo el trabajo diario relacionado con el desarrollo de software.
Y, finalmente, por la manera en que la plataforma ha sido diseñada, permite ir construyendo progresivamente aplicaciones, piezas de aplicativos, que tengan una naturaleza más global. La plataforma habilita que vayamos desplegando los componentes que necesitamos para aspirar al desarrollo de aplicaciones globales.
Hemos trabajado mucho en la construcción de la plataforma y ahora lo que nos toca es incrementar su adopción y uso. Sin dejar de reconocer los retos que representa la transformación misma de nuestra infraestructura y tecnología actual, que es donde realizamos hoy el grueso de nuestra actividad.
Nuestra estrategia pasa por tener una nube híbrida y, además, multinube
La apuesta por la nube ha sido determinante para la digitalización del negocio de BBVA, especialmente durante la pandemia, que nos ha permitido seguir ofreciendo el mismo nivel de servicio a los clientes y teletrabajar. ¿Cómo crees que esta tecnología impacta en la prestación de servicios?
J. L. E.: Nuestra estrategia pasa por tener una nube híbrida y, además, multinube. Inicialmente creamos nuestra propia nube privada y, progresivamente, hemos ido integrando piezas y componentes para ser capaces de trabajar cada vez más en las nubes públicas y tener mayor flexibilidad.
Sin duda, el cómputo en las nubes públicas es una pieza fundamental en la transformación, no solo porque abarata los costes unitarios de procesamiento, algo muy importante cuando los volúmenes transaccionales crecen de forma muy significativa por la propia digitalización de los clientes. También porque, además de cumplir con los estándares más elevados de seguridad, nos permiten acceder a servicios de valor añadido y aspirar a construir soluciones que apalanquen un uso más intensivo de los datos. Este último aspecto está muy alineado con nuestro objetivo estratégico de ayudar a nuestros clientes a mejorar su salud financiera. En resumen, la hibridación con las nubes públicas es parte fundamental de nuestra estrategia tecnológica.
Nuestra estrategia pasa por tener una nube híbrida y, además, multinube.
Otra de las tendencias del banco ha sido la firma de grandes alianzas globales con proveedores tecnológicos, desde Cisco a Red Hat, Amazon Web Services o Google. ¿Qué aportan estos acuerdos globales a BBVA?
J. L. E.: Creo que apostar por alianzas con socios tecnológicos ha sido un gran acierto estratégico. No solamente porque permiten influir sobre sus propias hojas de ruta -al tener la capacidad de trasladar lo que es importante para el banco y que sea relevante también para ellos-, sino porque robustece el trabajo conjunto y permite avanzar de una manera más decidida y acceder a capacidades que típicamente no tendríamos disponibles sin esas alianzas. Es una estrategia muy exitosa y acertada.
Para que los científicos de datos puedan realizar su trabajo de manera adecuada, necesitan que los datos sean accesibles, estén disponibles y tengan calidad
Los datos son otra de las prioridades estratégicas del Grupo para acelerar su digitalización. ¿Qué papel juega Ingeniería dentro del avance de la aplicación de la IA a todas las áreas de negocio?
J. L. E.: El papel del área de Ingeniería es fundamental en este campo. Los datos residen en los sistemas, en los aplicativos y, por lo tanto, hay un componente técnico y tecnológico muy importante en la disponibilidad y la explotación de los datos.
Para que los científicos de datos puedan realizar su trabajo de manera adecuada, necesitan que los datos sean accesibles, estén disponibles y tengan calidad. Y en ambos aspectos Ingeniería juega un papel fundamental.
La simbiosis entre Ingeniería y la unidad de Data es absoluta. Desde BBVA se está promoviendo un modelo de dataOps que pasa justamente por crear equipos multidisciplinares en el ámbito del dato, donde los ingenieros de datos y los científicos de datos van de la mano.
Para que los científicos de datos puedan realizar su trabajo de manera adecuada, necesitan que los datos sean accesibles, estén disponibles y tengan calidad.
¿Y en sostenibilidad? ¿Cómo puede I&O colaborar con el objetivo de crear un futuro más sostenible?
J. L. E.: Ingeniería puede contribuir a la sostenibilidad desde múltiples dimensiones. Primero, con la capacidad de medir nuestro impacto en el acompañamiento a nuestros clientes en su transición a un futuro más sostenible. Adicionalmente, también por la construcción de soluciones y productos que los ayuden en dicha transición.
Y sin duda, otra dimensión serían nuestros propios retos internos; es decir, cómo construir una Ingeniería más sostenible, un aspecto muy ligado a la optimización de nuestros procesos, de forma que disminuyamos la huella de carbono del propio banco.
Finalmente, la sostenibilidad está íntimamente ligada a la innovación. Y la innovación, a su vez, a la ciencia y la tecnología. En ese sentido, I&O juega un papel muy importante.
Desde Ingeniería tenemos que seguir trabajando en apoyar a las distintas unidades para que nuestro nivel de madurez en el entendimiento y la adopción del modelo sea más alto
Otra de tus nuevas responsabilidades es el cambio en las formas de trabajar a través de metodologías ágiles. Ahora que todos los servicios centrales del banco ya han adaptado esas nuevas formas de trabajar. ¿Cuáles son los próximos pasos?
J. L. E.: Hemos dado pasos decididos en metodologías ágiles, pero aún hay mucho trabajo por hacer para que el modelo y las formas de trabajo terminen permeando en todo el banco y en nuestro día a día.
Desde Ingeniería tenemos que seguir trabajando en apoyar a las distintas unidades para que nuestro nivel de madurez en el entendimiento y la adopción del modelo sea más alto. En la medida en la que vayamos incrementando nuestra madurez, se nos van a abrir nuevas oportunidades de optimización organizativa.
La gestión del cambio no ha concluido. Hemos lanzado nuestra nueva organización, llevamos poco tiempo viviéndola y la tenemos que madurar. También desde Organización tendremos que ayudar a hacer un ejercicio de retrospectiva, que pasa por detectar qué ha funcionado, qué no ha funcionado y los ajustes que tenemos que hacer. Evolucionar, también es muy ‘agile’.
Desde Ingeniería tenemos que seguir trabajando en apoyar a las distintas unidades para que nuestro nivel de madurez en el entendimiento y la adopción del modelo sea más alto.
Para terminar, ¿qué tecnologías serán claves para el futuro de los servicios financieros?
J. L. E.: ‘Blockchain’ sin duda es una tecnología por la que los servicios financieros se van a ver altamente impactados, porque blockchain tiene intrínsecamente una serie de características que son tremendamente importantes para el sector financiero como el concepto de inmutabilidad de los datos, la posibilidad de trazabilidad y la seguridad. ‘Blockchain’ utiliza altos niveles de criptografía algorítmica, que en los servicios financieros son muy importantes.
Igualmente, creo que no hemos visto aún todo lo que podemos ir extrayendo del cómputo en la nube. Y aunque todavía es algo más incipiente, yo creo que eventualmente donde veremos un impacto muy importante es en la computación cuántica o ‘quantum computing’. Su capacidad de disrupción va a ser muy relevante en las capacidades de procesamiento, lo que supone un mayor uso de datos e información, que nos permitirán a todos construir soluciones mucho más sofisticadas.
También en el mundo de inteligencia artificial iremos viendo impactos muy relevantes. Por ejemplo, el procesamiento de voz natural es una realidad cada vez más contundente y eso cambiará la manera en la que nosotros interactuamos con la tecnología. En ese sentido, continuaremos viendo avances muy importantes que nos ayudarán a transformar el sector financiero.