La clave para ‘rediseñar’ el futuro reside en el modo en el que las tecnologías más punteras se interrelacionan y combinan a niveles industriales. Asimismo, es significativo que siete de las diez tendencias que hemos identificado en McKinsey como las más disruptivas en los próximos años estén relacionadas con la conectividad y la computación.
El hecho de que la tecnología sigue remodelando nuestro mundo es una declaración que puede parecer obvia. Pero, a medida que la digitalización acelera, ¿qué tendencias tecnológicas son las que realmente pueden acelerar la próxima disrupción?
Para responder a esta pregunta, pero sobre todo para orientar las inversiones en tecnología de las empresas, durante los últimos meses hemos trabajado a través de nuestro McKinsey Technology Council, que reúne a los expertos más relevantes en el ámbito de la tecnología a nivel global, en una metodología única que ha permitido identificar las diez tendencias que marcarán el futuro para crear una mayor ventaja competitiva de las empresas y desbloquear las capacidades para acelerar su rendimiento y competir en un escenario económico cada vez más complejo.
Es significativo que siete de las diez tendencias identificadas estén relacionadas con la computación cuántica y la conectividad. En este sentido, cabe destacar que la computación de nueva generación emerge como una tecnología clave para ‘desbloquear’ las capacidades de las empresas de diversos sectores. Así, encierra la promesa de, por ejemplo, reducir el tiempo de desarrollo de productos químicos y farmacéuticos con simulaciones, acelerar los vehículos autónomos con inteligencia artificial cuántica o transformar la ciberseguridad. Adicionalmente, reduce los costes de hardware en IT, acelerando el aprendizaje automático y permitiendo una búsqueda más eficiente de data lakes no estructurados. No es de extrañar, por tanto, que encontramos que el valor potencial de la computación cuántica para los casos de uso a escala podría alcanzar más de 1 billón de dólares para 2035.
Bajando al detalle de esta megatendencia cuántica, hay tecnologías como la robótica, el Internet Industrial de las Cosas (IIoT), los gemelos digitales (digital twins) y la impresión 3D o 4D que se combinarán para agilizar las tareas rutinarias y mejorar la eficiencia operativa, acelerando el tiempo de comercialización de productos y servicios. La automatización avanza a pasos agigantados y, según nuestros cálculos, en 2025 hasta el 50% de las actividades laborales actuales podrían estar automatizadas. Para entonces, más de 50.000 millones de dispositivos estarán conectados a la IIoT, generando 79,4 zettabytes (ZB) de datos anuales, las instalaciones de robots industriales crecerán hasta cerca de 600.000 en 2022 y el 70% de los fabricantes usarán regularmente gemelos digitales (digital twins).
La segunda megatendencia que identificamos es la relacionada con el futuro de la conectividad. Si se impulsa adecuadamente la combinación de 5G y IoT, hasta el 80% de la población mundial tendrá cobertura de quinta generación (5G) en 2030. Esta mayor disponibilidad y capacidad de la red impulsará amplios cambios en el panorama empresarial, desde la digitalización de la fabricación hasta el suministro descentralizado de energía y la monitorización remota de pacientes. Un potencial de contribuir colectivamente de 5 a 8 billones de dólares al PIB global en 2030.
Las infraestructuras IT de próxima generación, la IA aplicada y la sostenibilidad
Otra tendencia relevante que identificamos apunta hacia las infraestructuras IT de próxima generación: la infraestructura de IT distribuida que aúna la computación en la nube (cloud computing) y la del edge computing y la arquitectura de confianza (trust architecture). La primera acelerará la toma de decisiones basadas en una analítica avanzada a la carta. Aumento de la velocidad y agilidad, ahorro de costes y refuerzo de las defensas de ciberseguridad son algunas de las características que conlleva. El año que viene, ya alrededor del 70% de las empresas emplearán tecnologías, herramientas y procesos de gestión híbridos o multicloud, distintivos de las infraestructuras de IT distribuidas. La segunda, trust architecture, plantea un conjunto de tecnologías y enfoques diseñados para un mundo de crecientes ciberataques como las tecnologías DLT, entre ellas el blockchain, y un enfoque de ‘zero-trust security’ para prevenir las violaciones de datos. Hasta el 10% del PIB mundial estaría asociado a blockchain en tan solo cinco años.
Otra de las tendencias principales emplea algoritmos de IA para entrenar a las máquinas a reconocer patrones, interpretarlos y actuar conforme a ellos; ayudando a los ordenadores a dar sentido a los datos del mundo real. Una de sus aplicaciones promete mejorar la satisfacción del cliente a través de nuevas interfaces y métodos de interacción, consiguiendo aumentar la productividad humana y reducir los gastos operativos. Más del 75% de los puntos de contacto de los servicios digitales verán mejorada la usabilidad, la personalización y el aumento de la conversión gracias a la IA aplicada. Finalmente, también destaca el futuro de las tecnologías limpias, entre las cuales se encuentran los sistemas de distribución inteligente de energía en la red, los sistemas de almacenamiento de energía, la generación de energía neutra en carbono y la energía de difusión, que tendrán una amplia aplicación en la energía, el transporte, los edificios e infraestructuras y el agua. Aunque las tendencias pueden ser volátiles y seguiremos incorporando nuevos aceleradores de transformación, la clave reside en el efecto combinatorio que tienen las tecnologías que están generando un cambio, y el modo en que las combines llevará a la disrupción.
