Los problemas geopolíticos y la incertidumbre económica también pasan factura a las ventas mundiales de teléfonos móviles. Según Canalys, en el segundo trimestre del año se comercializaron un 9% menos de aparatos que en el mismo periodo de 2021. Desde la consultora indican también que los fabricantes han tenido que ajustar sus stocks, toda vez que han detectado un exceso de oferta en la gama media.
Además, destacan el efecto de la inflación en un producto muy de consumo, pero que no es de primera necesidad, y que por lo tanto no está entre las prioridades de unas familias que tiene que hacer malabares con el presupuesto. Hay menos dinero disponible en casa, y, por lo tanto, menos posibilidad de que el gasto vaya a parar a un artículo como un teléfono móvil. Las buenas noticias llegan de la cadena logística y de producción, donde han bajado los costes para los fabricantes y donde el flujo de componentes se ha normalizado bastante.
Por marcas, vuelve el statu quo habitual en este sector. Samsung se mantuvo claramente como la marca que más vendió dispositivos entre abril y junio, con un 21% de cuota, seguida por Apple (17%de cuota). Por detrás se colocaron las enseñas chinas: Xiaomi (14%), Oppo (105) y Vivo (9%). Samsung ha potenciado su gama de entrada, mientras que Apple disfruta la buena aceptación que eestá teniendo su iPhone 13. Por su parte, los fabricantes chinos tienen dificultades en su propio mercado interno.
