La creciente competencia en el mercado y la rápida evolución de la tecnología en un escenario marcado por la inflación está provocando que las empresas tengan que esforzarse en ser más eficientes que hace unos años para mantenerse actualizadas y asegurarse de que su estrategia de marketing se adapta a los cambios del entorno y del consumidor.
Actualmente, el factor que marca la diferencia en las organizaciones que obtienen mejores resultados está en su capacidad de moverse a la velocidad de un cliente que se ha digitalizado cambiando su comportamiento, su forma de consumir e incluso la manera en la que se relaciona con la empresa.
Para ello, es esencial cambiar y recalibrar las herramientas que permitan analizar la calidad de los datos recogidos por las compañías para optimizar en tiempo real sus campañas.
La calidad del dato permite a las compañías asegurarse de que la información recopilada sea precisa y actualizada, al mismo tiempo que evalúa la fuente de los datos y su relevancia para optimizar la estrategia de marketing en cuestión. En esta línea, el proceso de gestión de datos comienza con su recogida a través de sus fuentes, y una vez se dispone de los datos, se aplica metodología de Data Quality para filtrar la información, de manera que se identifiquen los registros duplicados y se obtengan los índices de calidad. Sin dejar de mencionar el papel primordial que ejercen las alertas en tiempo real que permiten detectar errores en el dato para solventarlos y, de este modo, que no afecte a la experiencia del usuario ni al negocio. Actualmente, existen herramientas como Gauss, que permiten recopilar y procesar First Party Data, asegurando un gran nivel de exactitud, relevancia, coherencia y confiabilidad.
La monitorización también permite optimizar la experiencia del cliente
Sin embargo, la gestión de la calidad del dato no se puede entender como una acción aislada, sino que es un proceso continuo en el que la monitorización en tiempo real cobra especial relevancia. La posibilidad de monitorizar constantemente la actividad en línea permite a las compañías identificar oportunidades de interacción con los clientes de forma más rápida y efectiva, así como detectar patrones y tendencias en los consumidores. Toda esta información puede ser utilizada para contribuir a la correcta toma de decisiones de las organizaciones, reajustando, en consecuencia, las estrategias de marketing.
La monitorización también permite optimizar la experiencia del cliente. Al conocer las necesidades y deseos de los consumidores digitales las empresas pueden ofrecer productos y servicios que sean relevantes para ellos, aumentando la lealtad y satisfacción del cliente, lo que a su vez puede conducir en un crecimiento del negocio. Así lo demuestra un estudio de Forrester que determina que las empresas que utilizan herramientas de monitorización en tiempo real experimentan una reducción del 33% en el tiempo de respuesta a los problemas de los clientes y una mejora del 32% en la satisfacción del cliente. Asimismo, en este punto es importante tener en consideración la monitorización integrada que permite la recopilación de datos de diferentes canales de marketing en una sola plataforma, lo que ofrece la posibilidad de obtener una visión más completa y precisa de cómo está funcionando la campaña.
En definitiva, las empresas se centran en la calidad del dato, monitorizan en tiempo real y tienen un enfoque riguroso en su análisis pueden tomar decisiones informadas y precisas que pueden llevar al éxito de sus campañas publicitarias. Por ello, incorporar estrategias relacionadas con la gestión y activación del dato, ayuda a las empresas a perfeccionar y evolucionar su propuesta de valor.
