Las 10 claves para migrar a Windows 8

Quest Software ofrece su fórmula de migración a Windows 7 y 8, que identifica las reglas principales para optimizar el proceso, al mismo tiempo que se reducen los costes y el riesgo al que se exponen las empresas.

Publicado el 28 Dic 2012

Con frecuencia, las compañías subestiman los grandes obstáculos que generan las migraciones de Windows por problemas de compatibilidad entre aplicaciones, los cuales pueden implicar procesos manuales laboriosos y que consumen mucho tiempo.

Aunque cada organización -independientemente de su tamaño- posee diferentes variables que pueden afectar a las migraciones, el conjunto central de requisitos para preparar, planificar, organizar e implementar el proceso no varía. Como líder en compatibilidades de aplicaciones y partner reconocido y de confianza para las migraciones a Windows 7/8, Quest se apoya en su amplía experiencia llevando a cabo migraciones en todo el mundo para establecer las 10 reglas principales que evitarán incurrir en riesgos y costes no necesarios, aprovechando las mejores prácticas para la compatibilidad, automatización y virtualización de las aplicaciones.

Este es el decálogo que ofrece Quest:

1.Planificar la migración. Medir el alcance y evaluar el proyecto para obtener un conocimiento preciso de los costes, recursos y tiempo requeridos.

2. Racionalizar la lista de aplicaciones. Retirar las versiones más antiguas e incompatibles, y consolidar allí donde sea posible, supone que TI no tenga que emplear valiosos recursos en migrar cosas innecesarias.

3. No olvidarse de las “aplicaciones no gestionadas”. Pueden ser los asesinos silenciosos de cualquier migración.

4. Llevar a cabo una evaluación de la compatibilidad entre aplicaciones tan pronto como sea posible; unos resultados precisos ayudarán a garantizar que las decisiones de racionalización son las acertadas.

5. Automatizar todo lo posible. No debe darse por supuesto que todos los pasos de la migración se realizarán de un solo golpe; la automatización es la única forma de garantizar que cada paso que se repite es consistente, lo que puede ahorrar hasta un 50 % en el tiempo y costes necesarios para las migraciones.

6. No descuidar las aplicaciones web. Cada vez son más las aplicaciones críticas que dependen de aplicaciones web. Puesto que Windows incluye Internet Explorer, una migración exitosa requiere la resolución temprana de cualquier problema relacionado con las aplicaciones web.

7. Construir una evaluación automatizada de las aplicaciones dentro del paquete de servicios existente, de tal modo que las nuevas aplicaciones entrarán en funcionamiento durante la migración, mejorando de forma significativa la experiencia de usuario al mismo tiempo que se ahorran entre semanas y meses en el proyecto de migración, ajustándose a las necesidades presupuestarias.

8. Virtualizar aplicaciones. Las aplicaciones usables son las aplicaciones portátiles. Por tanto, en el actual entorno de trabajo móvil y remoto, las aplicaciones deben virtualizarse para garantizar que estén disponibles cuando y donde los usuarios las necesiten.

9. Estar preparado para múltiples cambios de configuración. Es necesario saber que, conforme progrese el proyecto de migración, la configuración de Windows experimentará cambios. Saber esto permitirá una mayor agilidad y capacidad de respuesta ante los cambios, lo que favorece que las migraciones sean más rápidas y se desarrollen sin problemas.

10. Tener un plan para completar las pruebas de aceptación de los usuarios. Aprovechar la virtualización del escritorio acelera y optimiza las pruebas de aceptación por parte de los usuarios, lo que al final da como resultado usuarios y equipos de TI igualmente satisfechos.

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Redacción Computing

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