La computación se expande en la niebla

Eduardo Fernández, Director Técnico Grupo de Compusof, explica que la respuesta al aumento del volumen de datos es la niebla.
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Publicado el 07 May 2018

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La velocidad a la que la tecnología evoluciona en estos tiempos podríamos definirla como vertiginosa. Aunque todavía estamos sumergidos en plena revolución de la nube, de repente surge un nuevo paradigma de redes: la computación de niebla (Fog), que además parece ser un componente clave de otra tendencia imparable, el Internet de las cosas (IoT). La creciente madurez de las redes de IoT, que van desde las aplicaciones industriales hasta las de realidad virtual, implica que hay una gran cantidad de datos cuando pasamos de la nube al borde (Edge). A medida que más y más dispositivos se conecten a las redes, vamos a ver un aumento exponencial en la cantidad de datos generados. Esto deriva en dificultades en las redes tales como:

  • Mover esta cantidad de datos significa problemas de latencia para las redes.
  • Expectativas inciertas para la calidad del servicio.
  • Las preocupaciones de privacidad y seguridad aumentan a medida que se mueven más datos desde dispositivos variados.
  • Los dispositivos que envían más datos requieren más hardware y potencia para funcionar.

La respuesta al aumento del volumen de datos es la niebla, que no deja de ser una capa de priorización y gestión en el continuo entre el borde y la nube. Pero la niebla necesita responder a la decisión crucial: ¿qué analizar al final y qué transmitir a la nube? La computación en niebla tiene como objetivo resolver algunos de los desafíos de la computación en la nube al reducir la latencia, optimizar el consumo de ancho de banda WAN, fortalecer la seguridad y mejorar la redundancia y la disponibilidad.

Tanto la niebla como la computación en la nube comparten la misma separación de control y planos de datos en su arquitectura. Esta separación está diseñada intencionalmente para permitir que la señalización y los medios se manejen de manera independiente y más eficiente. Es lo que conocemos como redes SDN. Contrariamente a lo que mucha gente cree, tanto la computación en la nube como en la niebla carecen de estándares y protocolos formales, aunque se está tratando de alcanzar algunas API estandarizadas, compartiendo similitudes arquitectónicas.

La computación de niebla proporciona respuestas a desafíos tales como latencia y ancho de banda, pero tiene sus propias limitaciones: la redundancia y la copia de seguridad de datos deben administrarse localmente, y la comunicación generalmente se limita a los dispositivos dentro de la LAN o a un área de servicio limitada.

Compañías como HPE ponen a disposición de las empresas una avanzada propuesta de soluciones y productos para esta niebla. Así, HPE dispone de toda una gama de productos preparados para abordar el IoT, desde puntos de acceso (gama Aruba 310, 360), conmutadores (gama Aruba 2540 y chasis 8000), controladores de movilidad (gama Aruba 7000), seguridad (Aruba ClearPass Policy Manager Platform), hasta servidores (gama HPE Edgeline GL Gateway y Edgeline EL Converged systems), para dar solución desde el sensor, hasta el tratamiento de datos para su agrupación y transmitirlos a la nube.

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Redacción Computing

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