La cloud ha explotado definitivamente. De un mercado de 175.000 millones de dólares de 2015 se ha pasado a una cifra de unos 288.000 millones en 2018 con las miras puestas en llegar en 2020 a los 383.000 millones. El salto es considerable. Cualquier CIO al que se le pregunte tiene claro que la nube es el camino que hay que seguir; a mayor a menor ritmo, pero ya quedan pocas dudas de su idoneidad, en cuanto a eficiencia, seguridad e, incluso, a la rentabilidad que aporta.
Como resultado, tres jugadores que han apostado por este mercado se posicionan como claros vencedores de la partida: AWS, Google y Microsoft. Sin ir más lejos, durante 2018, AWS incrementó sus ventas en un 47% hasta los 25.700 millones de dólares; ritmos de crecimiento imitados igualmente por la firma de Redmond y la propia Google. Voy a dar más cifras, para finales de 2020, de acuerdo con un informe de Citi Research, se espera un repunte aún mayor del mercado, “viendo que hay suficiente margen para alcanzar metas mayores”; el caso es que AWS podría llegar a los 44.000 millones de dólares, Azure a los 19.000 y Google Cloud a los 17.000 millones.
Son cifras que rompen moldes pero que muestran bien a las claras que ya no hablamos de expectativas, sino de una realidad, sea bajo modalidad SaaS, IaaS o PaaS. Solo una consideración más que me gustaría añadir, ya suenan voces que alertan sobre el desafío de las compañías chinas en torno a la nube; como en otros terrenos, habrá que estar atentos y prestarles atención, sobre todo si son capaces de superar las consideraciones sobre seguridad y de privacidad.