A pesar de la incertidumbre actual, la transformación digital es esencial para el desarrollo económico, sobre todo si se prevé que una de cada dos organizaciones españolas generará más del 40% de sus ingresos a partir de la venta de productos y servicios digitales, tal como lo ha anunciado la consultora IDC.
La nube viene siendo clave en este proceso de transformación desde hace más de una década. A lo largo de este periodo, la adopción de esta tecnología ha ido evolucionando y pasando por diferentes etapas. En un primer momento, cuando la nube comenzaba a elevarse en el “ciclo del hype” y las empresas empezaban a pensar en sus ventajas y riesgos, en el sector tecnológico se abrió un debate candente sobre si era viable o no llevar todas las aplicaciones a la nube pública. Por un lado, estaban los que apostaban por esta gran migración, y, por el lado contrario, en el que se posicionó Red Hat, los que consideraban que una migración de tal magnitud no era nada práctica.
A los dos años de iniciado el debate quedó claro que la nube iba a ser híbrida. Para ese entonces, las empresas ya habían empezado a llevar a cabo esa gran migración, pero en el proceso se dieron cuenta de que no todas las aplicaciones se podían ejecutar en la nube e, incluso, que cuando se podía hacer a nivel técnico, muchas veces era mucho más caro. Esta situación obligó a las empresas a determinar cuáles eran los servicios en la nube que más se ajustaría a sus necesidades y de qué manera se podían integrar con los sistemas que ya tenían disponibles.
A medida que ha ido evolucionando la adopción de la nube, las empresas también han vivido un proceso de aprendizaje. Por ejemplo, descubrieron que no querían trabajar con un único proveedor de nube pública, y que había algunos servicios y aplicaciones que querían mantener on-premise o virtualizados. Ha sido un proceso de transición largo, en el que se ha desarrollado tecnología para responder a las necesidades de hibridez de las organizaciones, y en el que el sector tecnológico en su conjunto ha apostado por la colaboración para dotar de las mejores herramientas a las empresas y ayudarlas en su transformación digital.
La evolución ha sido imparable, y a mayor madurez han surgido nuevas necesidades. Hoy en día la facilidad de acceso es fundamental para poder desplegar de forma flexible soluciones a la escala y que abarquen todo el espectro del entorno de la nube. Las organizaciones recurren cada vez más a los cloud marketplaces como medio para adquirir y desplegar de forma más sencilla servicios en la nube y soluciones de software para acelerar la innovación digital. De hecho, IDC predice que para 2024, el 55% de las organizaciones utilizarán los cloud marketplaces para obtener software. En tanto que Gartner prevé que los servicios de la nube pública crecerán un 18,5% en 2023 a nivel mundial
Este cambio en el consumo supone una oportunidad para que las organizaciones tengan una mayor capacidad de elección, flexibilidad y facilidad en el despliegue de soluciones de código abierto a través de la nube híbrida, dando soporte a casi cualquier modelo operativo de nube empresarial. Los cloud marketplaces abren cientos de soluciones de software y servicios en la nube con sólo pulsar un botón, al mismo tiempo que permiten a las organizaciones utilizar el gasto comprometido con los proveedores de la nube y beneficiarse de modelos de facturación racionalizados.
En esta línea, Red Hat ha afianzado su colaboración con los principales proveedores de nube, AWS, Google y Microsoft, para que el software y los servicios de nube de Red Hat estén disponibles en los cloud marketplaces y dentro de las consolas nativas de los proveedores de nube. Además, ha firmado importantes acuerdos con otras tecnológicas importantes como Oracle y SAP. Así mismo, se han creado conjuntamente servicios gestionados para ser consumidos al puro estilo cloud, en modo SaaS. De esta manera, ahora se pueden encontrar en los cloud marketplaces soluciones como Microsoft Azure Red Hat OpenShift, Red Hat OpenShift Service on AWS, entre otros.
La forma en que las organizaciones compran y despliegan el software está en constante evolución, y los servicios en la nube están diseñados para hacer frente a las complejidades de la nube híbrida. Las organizaciones se enfrentan a retos como la dispersión de aplicaciones y el soporte de aplicaciones monolíticas, y cada vez son más necesarias las herramientas para modernizar las aplicaciones y, al mismo tiempo, reducir los tiempos de entrega y los gastos operativos.
Los servicios en la nube ofrecen una mayor agilidad y eficiencia. Al cambiar la infraestructura a un modelo basado en servicios, las organizaciones ya no tienen que hacer el trabajo pesado e indiferenciado de construir y gestionar la infraestructura informática y las plataformas de software. Los servicios de la nube incluyen una plataforma que permite desarrollar aplicaciones para la nube e implementarlas y adaptarlas en los entornos de nube híbrida abierta. La combinación del sistema Kubernetes para las empresas, el enfoque de la distribución de las aplicaciones en la nube y las operaciones gestionadas permite que los equipos de desarrollo mejoren la velocidad de las aplicaciones y se concentren en las necesidades del negocio.