Core banking madura su salto a la nube

El cambio cultural que están experimentando las entidades financieras, enmarcado en un entorno de recesión, está obligando a repensar muchas funciones TI que pueden tener su desembarco natural en el cloud computing.

Publicado el 30 May 2011

Core banking en modalidad cloud computing fue el hilo conductor de la tertulia organizada por Computing en colaboración con Incita, una joven compañía española que está dispuesta a “revolucionar el panorama bancario, cambiando los esquemas de pensamiento tradicional del sector financiero”, como explica Javier Velasco, director de Desarrollo Corporativo de Incita.

Según Velasco, “estamos en un momento de cambio y fusiones y es necesario hacer una reflexión de cómo la tecnología puede servir de palanca para esas transformaciones. Nuestra propuesta se basa en el Core Banking as a Service, una línea de negocio que empieza a consolidarse”. Pero al mismo tiempo, la transición a la nube conlleva una problemática y la necesidad de cumplir con los requisitos operativos de un sector tan exigente como es el financiero.

Así lo expresa Joseba Maruri, director del Área Tecnológica de Iparkutxa, que pone el acento en la continuidad de negocio y en la seguridad de los datos. “Si Amazon se queda sin servicio, ya no es solo una cuestión de seguridad sino de prestigio. Y por otra parte, tenemos el caso reciente de Sony y la pérdida de datos críticos de los usuarios”. En su opinión, genera muchas dudas el uso de los datos sensibles de las entidades financieras. “Cloud computing es más una oferta de los proveedores que una demanda de los clientes. Creo que tiene cosas muy aprovechables como es el pago por uso. Pero volcar un core bancario en la nube para meter nuestros datos, es algo todavía ‘verde’. Ya no sólo por la disponibilidad y la seguridad, sino por el propio establecimiento de cláusulas de SLA”. Joaquín de Valenzuela, Senior Director Financial Services de Global Business Unit de Oracle, coincide con esta apreciación especialmente en lo que se refiere a servicios de misión crítica. “Las entidades financieras están siendo pioneras en el despliegue de clouds, pero están empezando por las privadas, que son en realidad centros de servicios compartidos con mecanismos de seguridad lógica y física muy estrictos”.

Esclarecer las dudas sobre Cloud
Raúl Cals, director de Tecnología de Banco Espírito Santo,
un convencido de Internet, no ve el modelo cloud diseñado para la gran banca, pero sí expresamente para la pequeña. “Si requieres un servicio, la nube te permite implementarlo con una inversión barata y de manera sencilla, aunque es cierto que no todos los integradores tienen la experiencia suficiente. Pero si no dispones de un CRM o un ERP, y no cuentas con la posibilidad de hacer una gran inversión, una solución cloud es una buena alternativa, sobre todo en la coyuntura actual”. Valenzuela, de Oracle, discrepa desde el punto de vista de terminología: “a lo que se llama cloud, prefiero llamarlo centro de servicios compartidos perfectamente válido para una entidad mediana o pequeña. Para mí cloud implica un grado de transparencia en cómo haces la provisión, cómo gestionas la seguridad y dónde instalas. Al centro de servicios compartido le falta un paso para llegar al modelo de CRM que tiene Oracle y que ofrece gran transparencia”. Velasco considera muy significativa la transición del CRM a la nube, porque toca el tema de la seguridad y sensibilidad de los datos: “si ya estamos dispuestos a publicar algunos de los datos más sensibles que tenemos en las organizaciones, como los datos de nuestros clientes y los montantes económicos de nuestros contratos, ¿qué más nos queda por sacar de casa?”. El portavoz de Oracle añade que “hay otras áreas igualmente sensibles como los algoritmos de valoración de activos que forman parte de la propiedad intelectual de la entidad y constituyen uno de los secretos mejor guardados en los grupos de banca mayorista”.

Velasco prefiere ceñirse al concepto de core banking como “la infraestructura que necesita una entidad financiera en nuestro país para comenzar a captar depósitos de clientes, aquella sin la cual el Banco de España no te permite, por mucha licencia que tengas, captar esos depósitos. Si no se dispone de esa infraestructura mínima con contabilidad y reporting regulatorio no es posible captar un euro”. La cuestión ahora es cómo se traslada en términos tecnológicos a un core banking contable.

Josep Montaña, director general de Aca Valores, añade a la definición el concepto ‘préstamo’. Aca, como sociedad de valores, funciona como gestoría de infraestructuras, “que realiza el core de valores ante los mercados ya que a muchas entidades les resulta un problema este entorno por sus particularidades. Externalizamos, en el caso máximo hasta el servicio dirigido a clientes finales. Hay entidades a las que prestamos servicio, que no necesitan una infraestructura específica para la gestión de valores, ya que ACA aporta todos los servicios transaccionales y operativos, algo parecido a un cloud computing”.

Como relata Montaña, se trata de una nube privada “y en cambio hay otras entidades con estructura informática de valores con las que realizamos validación de datos”. En cualquier caso para el representante de Incita, la diferencia entre un centro de servicios compartido y cloud no deja de ser sutil: ”la nube nos obliga a permitir que el cliente provisione nuevos servicios, y dotarle más flexibilidad que un mero centro donde es café para todos”.

Aquí difiere Joaquín Valenzuela por considerar que un centro de servicios compartidos puede ofrecer “personalización alta y especialmente si se utilizan en vez de frameworks, soluciones paquetizadas que ofrecen parametrización”. Cals, desde Banco Espírito Santo, cree que “un centro de servicios tiene gran nivel de personalización, aunque tiene factores que lo lastran como son el coste y la seguridad”. Pero todos coinciden en que al cloud le falta todavía un punto de flexibilidad, “le estamos dando apellido nube al café para todos”, concluye Velasco. Josep Montaña comenta que hay aspectos regulatorios que se van endureciendo, planes de contingencia, certificados internacionales de controles internos y todo ello hay que acreditarlo: “en los centros de servicios de nuestras características resulta fácil, pero en la nube es complicado”. Joseba Maruri coincide con esta apreciación: “en el marco regulatorio del Banco de España no sé si se soportaría un core banking en la nube”.

Pese a cualquier disquisición, el interés por el core banking en la nube esta ahí, proveedores como Incita han detectado un cambio de mentalidad. “Se ha pasado de un control férreo de las aplicaciones bancarias a buscar una plataforma con las mejores prácticas del mercado, y el diferencial competitivo en los procesos y en la relación con el cliente”, observa Javier Velasco. Para el director de Tecnología de Iparkutxa, la diferencia entre centro de servicios compartidos, outsourcing o nube no le resulta importante “sino quién está detrás y quién lo gestiona por mí. Me preocupa que se convierta en un centro de poder de los grandes de siempre. No se trata solamente de un cambio tecnológico, es también cultural” . Y Velasco apostilla: “tiene que haber un proveedor sólido que cumpla con la legislación, con reputación y SLA creíbles. Y es posible hacer un core banking del propio terminal”.

TI y el cambio necesario
Otro aspecto común asumido es que el papel de las TI están cambiando las organizaciones. Raúl Cals explica que “hay que racionalizar gastos, ser creativo porque cada vez se tiene menos presupuesto. Mis proveedores dicen que es un buen momento para invertir. Tengo que conseguir que un proyecto no sea costoso y que tenga un retorno rápido de la inversión”.

Velasco añade al debate un argumento consistente: “el modelo cloud tiene esa vertiente. El core banking como servicio hace posible que todo el Capex se convierta en Opex. Los activos TI se deprecian constantemente y por eso caen las inversiones más allá de la reducción de costes”. Joaquín de Valenzuela ofrece otro parámetro de peso: “las compañías quieren saber el consumo de recursos de tecnología de sus departamentos, algo que resulta complicado en los grandes bancos. Estas entidades están siendo las primeras en meter cloud privada usando tecnología de Oracle, y nos preguntan cómo hacer modelos de facturación para ser capaces de discernir el consumo TI departamental de su organización”.

Raúl Cals señala que “se quiere controlar dónde se consume y repercutir esos gastos TI para alinearlos con el negocio”. Josep Montaña apunta una contraindicación: “a veces tienes un sistema tan complicado para obtener toda esa información, que el coste de mantenerlo te condiciona”. Joseba Maruri pone sobre la mesa una variable: “la sociedad nos está demandando redes sociales. Hasta ahora los clientes venían a vernos y ahora hay una proactividad de los clientes. Hay un mundo virtual donde debemos tener presencia. Hay que invertir en Web 2.0 y nosotros hemos apostado por ello”.

Mientras que el portavoz de Banco Espírito Santo alude a que las redes sociales son muy influenciables y que pueden generar corrientes de opinión negativas para las empresas, Maruri esgrime que “las redes te permiten ser proactivo ante algo negativo para la imagen de una empresa, estar en facebook o twitter no requiere grandes recursos, es un tema de estrategia y branding”. Efectivamente, se trata de lograr una mayor ligazón con la entidad financiera, y alcanzar un grado de fidelidad con el cliente.

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Rufino Contreras
Rufino Contreras

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