El cliente sigue siendo el rey en la banca

El sector bancario continúa invirtiendo en TIC. Pero ya no en proyectos gigantes que conllevan años de trabajo, complejidad y gasto presupuestario, sino que están más centrados en resolver necesidades concretas y conseguir un ROI inmediato.

Publicado el 20 Feb 2012

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En un periodo de tan sólo tres años, la situación económica ha cambiado radicalmente, y la banca no ha podido permanecer ajena a esta convulsión. Las fusiones de las cajas y la presión de mercados y agentes sociales también han impactado en la tendencia de inversión tecnológica, así como las prioridades y los proyectos TIC. Para conocer esa evolución y el papel que juega el responsable tecnológico en los sistemas e iniciativas, Computing ha querido reunir a algunos CIO y proveedores con la intención tener esa doble visión de la oferta y la demanda, y perfilar la nueva situación de un sector que continúa invirtiendo intensivamente en TIC. Abriendo el debate, los fabricantes dieron su punto de vista sobre la situación del sector, y sus retos más inmediatos. Miguel Ángel Prieto, director de soluciones de Banca y Seguros de Tecnocom, comenzó hablando sobre la evolución del sector financiero. “Hasta hace unos años, la tecnología era considerada como un objetivo en sí misma, por lo que nos encontrábamos con grandes proyectos de SOA, CRM, Business Intelligence… que tenían una repercusión importante en los procesos de negocio, pero no había una orientación clara hacia el ROI”. El responsable asegura que a día de hoy la situación ha cambiado diametralmente, “porque todo lo que se hace tiene que tener un retorno de la inversión medible y justificado. Los proyectos se miden con lupa, y van orientados a la mejora de procesos y del negocio, pero también al ahorro de costes”. Otra tendencia destacable es el fenómeno de la consumerización y de la irrupción de las plataformas móviles. Los clientes piden interactuar con su banco o caja a través de múltiples canales, y eso “genera, quieras o no, una diversidad tremenda de dispositivos que hay que gestionar, desde los dispositivos físicos al legacy y aplicaciones móviles, lo que supone un desafío para el CIO de la banca”, añade Prieto. Otra tendencia detectada en Tecnocom es que “se ha dado un giro tremendo hacia el cliente, que se considera como un bien híper escaso, y por ello hay que atender nuevos canales”. En ese sentido, Prieto considera que todavía “queda mucho camino por recorrer, porque aun no se ha explotado toda la información que se tiene de los clientes, sus gustos y necesidades”. Por su parte, Francisco Javier Velasco, director de Desarrollo Corporativo de Incita, coincide en que en los últimos tres años ha habido un mayor vuelco hacia el cliente, por la presión del mercado. Pero además, “hay un cambio brutal en el papel del CIO, que se está convirtiendo en un gran ahorrador e integrador, porque cada vez hay una mayor exigencia de mantener una relación con el negocio, a la vez que se está convirtiendo en pieza clave en el comité de dirección”. Por otra parte, la forma de adquirir soluciones tecnológicas también es diferente, ya que “hace años premiaba la venta de una solución preconstruida, pero ahora es una venta más consultiva, donde prima más el servicio, frente a opciones paquetizadas, que es lo que se demandaba antes”, sentencia Velasco, reconociendo a su vez que tanto las telecomunicaciones como la banca son los dos grandes motores de innovación tecnológica en España. “La banca tiene que reflexionar para poder reinventarse. Si nos damos cuenta, por lo general, las cifras de personal de informática en este sector suelen ser enormes, por eso los CIO deberían de empezar a considerar opciones como la externalización para poder exprimir al máximo el valor, eliminando tareas que no forman parte del core pero que exigen tiempo y costes altos”. Mientras tanto, para una compañía como Visure, el mayor reto de la banca también tiene que ver con esa necesidad de alinear el departamento de tecnología con el negocio, lo que “supone construir sistemas que aporten valor y satisfacción al usuario y tener mecanismos para priorizar demandas”, explica Jordi Borja, director de Desarrollo de Negocio y Estrategia de Solución de Visure. Otro desafío importante es “la exigencia de reducir costes, lo que supone mejorar la productividad y reducir aquello que no aporte valor. También hay una mayor necesidad de ser más predecibles en cuanto a costes, y sobre todo cumplir con normativas y regulaciones que son cada vez más exigentes”, añade. En definitiva, para Jordi Borja, el sector bancario es donde más trascendencia tiene la tecnología, y “es absolutamente clave el sistema que ofrece una entidad. A mí, como usuario, mi banco todavía no me ha preguntado mi opinión sobre los canales que tengo disponibles ni la experiencia de usuario, pero precisamente por ese motivo hay una gran oportunidad de mejora para la banca”. La revolución de la movilidad Desde el punto de vista de los responsables tecnológicos del sector financiero, la situación actual también les presenta múltiples retos como gestores, pero, al mismo tiempo, nuevas oportunidades de negocio. Para Raúl Cals, director de Tecnología del Banco Espirito Santo, “los presupuestos se nos han acortado, e intentamos ser mas eficaces con igual o menos costes. Esto no es algo nuevo, pero sí cada vez más difícil de conseguir”, reconoce. Respecto al papel del CIO, Cals matiza que es verdad que tiene que ser un agente ahorrrador e integrador, pero señala que “todavía no somos una pieza clave en el comité directivo, y todavía nos queda un largo recorrido”, lamenta. En cuanto a los proveedores de TI, el directivo opina que “tienen mucho que avanzar, igual que nosotros, para movernos hacia una mayor eficacia, tanto por parte de la oferta como de la demanda”, asegura. Igualmente, Cals desvela además algunos proyectos estratégicos para la entidad, destacando la “movilidad como algo básico, porque en unos años no habrá nadie que no esté en este entorno”. El cloud computing es otra tendencia, pero Cals admite que “tenemos una experiencia agridulce. Contamos en la entidad experiencias tanto positivas como negativas con la nube, porque ayuda a lanzar servicios rápidamente, aunque a medio plazo el ROI no es tan bueno como parecía”, opina. En una entidad como ING Direct, su papel como CIO es, igual que opinan sus compañeros, el de “ser un facilitador para el negocio y la eficiencia. Debemos entender la organización de forma completa e integral, porque desde nuestro departamento damos servicios y procesos a todos los niveles de la organización”, señala Enrique Ávila, director de Tecnología de la entidad. También incide en el hecho de que el cliente “es siempre lo primero, y además, cada vez demandan más canales de relación con el banco, y esperan una experiencia diferente en cada entorno, ya sea online o móvil”. Efectivamente, con la irrupción de dispositivos como iPad, iPhone, y Android, se abre un nuevo abanico de posibilidades, y por ello, “en tres años va a haber muchos más cambios que en los veinte pasados”, opina Ávila. Es evidente que si el cliente está en el centro de todas las iniciativas, también va a ser cada vez más relevante para el diseño de productos y servicios. Para el responsable de tecnología de ING Direct, el futuro se vislumbra con optimismo, a pesar de las dificultades actuales. Y es que “lo que está por venir es muy interesante. Nosotros jugaremos un papel fundamental en entender lo que ocurre. Son momentos muy ilusionantes”, confirma. Una situación muy similar está sucediendo en Inversis. “Nuestras áreas de negocio cada vez se acercan más al cliente, porque la tecnología tiene que estar cada vez más cerca del negocio”, afirma Francisco Margarite, director general de Tecnología y Servicios Corporativos de la entidad. Este hecho hace que el rol del CIO haya tenido que evolucionar bastante en los últimos años, ya que “nos piden poner en marcha proyectos en un menor tiempo y con menos coste, lo que supone que los proyectos son cada vez más complejos”. En ese sentido, de acuerdo con Margarite, la tecnología es un mecanismo diferenciador, porque aporta ventajas competitivas. El CIO de banca, por tanto, debe hacer frente a “una reducción presupuestaria con proyectos que generen valor para la entidad, y al mismo tiempo tiene que estar preparado para el futuro, de manera que no puede desestimar el poder de la movilidad ni las redes sociales, tendencias para las que hay que estar preparados”, sentencia.

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Lucía Bonilla

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