Las Tecnologías de la Información evolucionan de manera imparable. Hemos visto durante los últimos meses cómo el centro de datos está cambiando a un ritmo acelerado en organizaciones de toda condición. Los principales motores de este cambio vienen dados, por un lado, por la necesidad de mayor potencia de cálculo y, por otro, por la comoditización del hardware debida a la irrupción de tendencias como el IaaS -Infrastructure as a Service- o el cloud, con grandes jugadores del panorama internacional como Amazon o Microsoft.
Este incremento en las necesidades de potencia se debe a que las empresas, cada vez más, están poniendo la tecnología en manos de sus clientes -comercio electrónico, soporte online, aplicaciones móviles- y de sus trabajadores, con el acceso a datos y a inteligencia empresarial para tomar decisiones más rápidas, certeras y baratas. Incluso Meg Whitman, la presidenta de HP, se refirió recientemente a ello como el “Nuevo estilo de IT, caracterizado por la movilidad, el cloud, la seguridad y el Big Data”.
En mi opinión son cuatro los pilares actuales que sustentan las TIC: infraestructura, servicios, software y cloud, no siendo ninguno de ellos menos importante que los otros. Por ejemplo, mientras que ciertas plataformas de hardware se orientan hacia los estándares abiertos y el cloud crece, se vuelve más importante el software que virtualiza toda la infraestructura, tanto la interna como la basada en la nube. Algunos expertos los llaman ya Centros de Datos Definidos por Software.
Las TIC se están convirtiendo en un importante factor diferenciador y, en muchos casos, en una ventaja estratégica y por eso los CIO van a necesitar mucha ayuda de la industria para convertir su infraestructura tecnológica en algo flexible y escalable, que pueda ayudar a la organización a crecer en un entorno más ágil que nunca. Además, este modelo conlleva la necesidad de una gran cantidad de servicios, que en definitiva son la base de la rentabilidad tanto de los fabricantes como de los integradores.
Efectivamente, hay un nuevo estilo de IT y los integradores tienen que hacer el esfuerzo de adaptarse, a la vez que los fabricantes deberán apostar por la creación de productos diferenciados que generen mayor lealtad por parte del cliente. Nosotros estamos viendo cómo, día a día, la clave para los próximos años va a ser la integración de hardware, software, servicios y cloud en nuestras ofertas. Este será el Nuevo Estilo de IT, donde los servicios y el software serán estratégicamente esenciales y la piedra angular que marcará el proceso de transición.
Meg Whitman no se equivocaba al decir que los servicios suelen ser la punta de lanza de estos procesos. Quienes contamos con la suficiente experiencia en este mercado, ya empezamos a ver que sus palabras se están cumpliendo. Los próximos doce meses serán decisivos y definirán quiénes serán los actores relevantes en los próximos años y quiénes dejarán de serlo por no haber sabido adaptarse a los nuevos tiempos.
