Ya nada puede eclipsar al ERP, que tiene que reforzar su protagonismo como la gran plataforma corporativa de software. El nuevo signo de los tiempos le exige acogerse a las nuevas tendencias, flexibilizarse, especializarse y tomar rumbo hacia la industrialización.
Muchos son los frentes a los que tiene que dirigir su reinvención. Los expertos señalan Internet de las Cosas, Big Data, movilidad o la realidad aumentada como los principales jalones del camino.
El ERP debe mejorar para ser una herramienta del cliente integrada en los procesos de la empresa digital, con una mayor interacción con los sistemas inteligentes. La facilidad de uso y la simplificación de su instalación son otros retos esenciales. También se dirime si la nube es su entorno idóneo o todavía vive sujeto al mundo on premise, si bien ambos modelos van a tener que convivir durante mucho tiempo.
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