Todos estamos más que familiarizados con los beneficios que internet ha aportado a nuestras vidas, más allá del trabajo. Por poner un ejemplo: ya no tenemos cientos de CDs ocupando espacio en nuestras estanterías, sino que usamos servicios de streaming para escuchar música. Por lo tanto, podemos cambiar de gustos musicales cuantas veces queramos, sin tener que preocuparnos del espacio que ocuparán nuestras “malas decisiones” previas. Lo mismo se aplica a la banca, ¿verdad? Antes teníamos que coger cita con el gerente del banco para solicitar un préstamo. Ahora, simplemente, podemos iniciar sesión en nuestra aplicación de banca online y pedirlo desde la comodidad de nuestro sofá. Los bancos tienen suficiente información almacenada sobre nosotros para poder tomar una decisión al respecto de forma instantánea (en cambio nosotros tenemos que desenterrar nuestras nóminas de 1984 de entre nuestros archivos en papel).
Si bien las empresas de productos están tardando algo más en ponerse al día, las personas comienzan a exigir la misma tecnología en el ámbito laboral que la que disfrutan en sus vidas privadas. Estamos asistiendo a un cambio general y las empresas, gradualmente, se están dando cuenta de las ventajas de almacenar sus datos en la nube. Estas ventajas pueden incluir, por ejemplo, ahorrarse costes de hardware y su implementación, así como las actualizaciones, el poder contar con IA, así como la capacidad cada vez mayor de predecir las tendencias de los clientes usando analíticas de big data.
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¿Cuál es el futuro del ERP?
A medida que en las empresas cobra cada vez más importancia el software, también el software de planificación de recursos empresariales (ERP, del inglés: Enterprise Resource Planning) se ha convertido, rápidamente, en uno de los pilares fundamentales de cualquier estrategia digital actual. Aunque tradicionalmente las soluciones de software de ERP se han empleado en el sector industrial, su influencia abarca, cada vez más, todos los aspectos de una organización. De hecho, las empresas de la mayoría de industrias las están implementando para conectar diferentes procesos empresariales y resolver muchos retos. Esto lo incluye todo: desde simplificar las operaciones hasta la gestión de procesos de negocio complejos o el uso de datos para tomar más y mejores decisiones.
Las ventajas del ERP para los negocios son evidentes, pero a la hora de elegir la implementación más adecuada, las cosas no son tan sencillas. Desde alojadas y locales hasta públicas o privadas, existe una gran variedad de opciones que las empresas deben considerar en un mercado muy cambiante. También es importante recordar que no todas las necesidades son iguales. El hecho de que la nube sea la opción correcta para una empresa no significa que lo sea para otra, por lo que entender cuál es la implementación que mejor se adapta a las mismas es fundamental para garantizar que pueda ejecutarse sin problemas.
Dilemas en la implementación
Las implementaciones locales han sido tradicionalmente la norma en el entorno del ERP. El ERP local no solo proporciona a las empresas un control total y autonomía sobre sus datos, sino que también ofrece más capacidad de personalización y permite que los equipos IT internos respondan a los problemas de forma inmediata. Pero los tiempos han cambiado. Ahora estas implementaciones se perciben como caras y complejas, en comparación con las basadas en la nube, que generalmente son más rápidas, más baratas y requieren menos recursos. Las implementaciones locales generalmente requieren una gran inversión de capital para conseguir las licencias perpetuas y la infraestructura, cuyo coste variará según el tamaño de la organización o el número de usuarios. Además, implica pagos recurrentes para el soporte, la formación y las actualizaciones, junto con la posible necesidad de contratar personal para ejecutar y gestionar el sistema. Como tal, las implementaciones en la nube se están situando en primer plano, y un nuevo informe predice que el sector del ERP basado en la nube aumentará de 14,7 mil millones de dólares en 2017 a 40,5 mil millones de dólares en 2025. Este cambio viene impulsado por factores como unos costes iniciales reducidos, el alto rendimiento que ofrecen las plataformas en la nube (por ejemplo, alta disponibilidad o baja latencia) y el hecho de que la empresa en sí no es responsable de gestionarlas o mantenerlas. Los entornos de nube pública proporcionan a las empresas la agilidad que necesitan para seguir siendo competitivas en un entorno de mercado que cambia constantemente; en general, son más económicas que las plataformas de nube privadas y permiten que las empresas capitalicen las innovaciones de su proveedor.
Por otro lado, la nube privada puede proporcionar una capa extra de seguridad, ya que los datos de una organización se encuentran completamente aislados de los de cualquier otra persona, y pueden ofrecer más personalización, ya que las empresas pueden influir más sobre las actualizaciones y modificaciones. Finalmente, existen las implementaciones alojadas que, de muchas maneras, proporcionan un terreno intermedio entre las implementaciones locales y la nube. Al alojar su plataforma en un centro de datos de terceros, las empresas pueden mantener la propiedad y el control de la base de datos. Aun así, deben transferir la responsabilidad de gestionar el hardware al proveedor del centro de datos. Lo importante es enfocar bien las necesidades específicas de cada empresa y centrarse en el proceso de toma de decisiones. Definitivamente, no existe una solución única para todos. Por lo tanto, antes de elegir el proveedor correcto, es imperativo identificar la opción de implementación correcta para su negocio.