¿Cómo os ha afectado la crisis sanitaria del COVID-19?
R. P.: En Alhambra IT hemos operado y seguimos operando sin impacto para nuestros clientes ni limitaciones de servicio, por dos razones básicas: tenemos la capacidad de seguir trabajando con normalidad y nuestros clientes (algunos ofrecen servicios críticos) nos necesitan más que nunca, dada la naturaleza de nuestra actividad.
Somos una compañía IT que ayuda a cualquier tipo de organización a proteger sus datos, sus comunicaciones y sus procesos contra todo tipo de incidentes a través de servicios seguros, dentro de los entornos de ciberseguridad, cloud y multicloud, software seguro, comunicaciones unificadas protegidas, inteligencia artificial y blockchain, por tanto, hemos ayudado y seguimos ayudando a nuestros clientes a desplegar soluciones de producción en movilidad y teletrabajo, garantizando los mismos requisitos de seguridad y acceso al dato que en circunstancias normales. Nuestro papel ahora, más que nunca, responde a la esencia de nuestra misión, ser un socio tecnológico confiable para apoyar el negocio de nuestros clientes.
¿Qué papel tiene el sector tecnológico en esta situación?
R. P.: El sector tecnológico IT se está demostrando clave en el mantenimiento productivo del país. Creo que estamos demostrando el valor social y económico de los servicios que prestamos. Nadie nos aplaude (ni lo buscamos), somos un sector que presta sus servicios en una discreta segunda fila, pero nuestras empresas están operando con más esfuerzo e implicación que nunca, comprometidos al 100% para seguir dando servicios a las personas en sus hogares, a las empresas en sus procesos productivos, garantizando la operativa de los trabajadores, los procesos productivos empresariales de todos los sectores de la economía, etc.
¿Qué medidas ha tomado vuestra compañía?
R. P.: En el mes de febrero, hicimos una revisión detallada de nuestros planes de continuidad y valoramos los riesgos específicos basados en lo que estaba sucediendo en el panorama internacional. Nuestros escenarios de respuesta a riesgos de continuidad tenían en cuenta situaciones de indisponibilidad de personal, sin embargo, fue necesario concretar las dificultades de movilidad de las personas dentro y fuera de Alhambra, afortunadamente con una excepcional colaboración de nuestro equipo humano y nuestros socios tecnológicos críticos.
Además, viendo cómo evolucionaba la curva de demanda en otros países, ampliamos la capacidad de los servicios vinculados a los servicios de CPD, cloud y convergencia, para dar respuesta: al incremento de la demanda de servicios de virtualización de puestos y servidores físicos de algunos clientes; al ancho de banda necesario para responder al incremento de la demanda de servicios en red y VPN; a los servicios de control y respuesta a riesgos de seguridad tecnológica en nuestra propia infraestructura y de algunos servicios y empresas críticas a las que damos servicios, etc.
¿Cómo se han visto afectados los trabajadores?
R. P.: Somos una empresa que tiene muy extendidas las políticas de flexibilidad y teletrabajo desde hace años, por lo cual nuestros procesos ya estaban muy adaptados a esta forma de trabajo. Las decisiones fueron rápidas: a primeros de marzo, se quedaron en casa nuestros empleados con patologías previas; seguidamente se extendió el teletrabajo a los empleados con menores o personas muy mayores a su cargo; revisamos y activamos nuestra estrategia de pares, de manera que durante la primera semana de marzo no coincidieran físicamente todas las personas implicadas en algunos procesos y tareas críticas, y de ahí pasamos en pocos días a más del 80% de nuestra plantilla trabajando desde casa, tanto de nuestras oficinas centrales, delegaciones y personal externalizado en cliente, con quienes mantenemos el máximo compromiso y calidad de los procesos que llevamos con ellos para que el servicio ofrecido sea exactamente el mismo, aunque no todo el personal esté de manera presencial.
Hoy seguimos operando con unos equipos base para la gestión física de nuestras infraestructuras y de nuestros clientes, con planes preparados para reducir esta actividad humana si fuera necesario sin pérdida de operativa.
Somos una empresa que tiene muy extendidas las políticas de flexibilidad y teletrabajo desde hace años
¿Qué iniciativas habéis puesto en marcha para contribuir a combatir los efectos producidos por la pandemia?
R. P.: En nuestra compañía, como decía, somos afortunados de seguir con la actividad, por lo que hemos querido realizar una serie de acciones con tal de ayudar a las compañías más afectadas y prestarles ayuda en temas tan urgentes como la implantación del teletrabajo y la ciberseguridad de las compañías: estamos ofreciendo información contrastada sobre vulnerabilidades y ataques de ciberseguridad, hemos creado un manual de buenas prácticas y servicios para el teletrabajo ciberseguro, a la vez que hemos intervenido en diversos foros y seminarios para concienciar a los usuarios y a las compañías de la importancia de adoptar buenas prácticas de trabajo en remoto. Las prisas y la falta de asesoramiento pueden provocar ineficiencias y brechas en las compañías.
A partir de ahora, ¿se convertirá el teletrabajo en la norma?
R. P.: Muchas personas están saliendo de su zona de confort, en el sentido de que están aprendiendo a adaptarse al teletrabajo continuo y es probable que cada vez se sientan más cómodas. Sin embargo, debemos ser realistas y destacar que no todos partimos de la misma base ni estamos igual de preparados tecnológicamente hablando. Aunque es cierto que estamos haciendo un ejercicio de innovación impresionante y que eso, de una manera u otra, quedará.
Las empresas saldrán de la crisis dando mayor valor a las soluciones tecnológicas resilientes, al teletrabajo, a los procesos digitales y a las transacciones electrónicas… Del mismo modo que se creará una mayor conciencia sobre la importancia de nuestras telecomunicaciones, de los centros de datos, la virtualización de los puestos de trabajo, el cloud computing… Y cómo no, la implantación y el control de las adecuadas condiciones de seguridad y continuidad de todos los servicios que se apoyan en las tecnologías de la información.
¿Qué deberán aprender las compañías pasada esta crisis?
Como en todo episodio traumático, una vez pasado un tiempo prudente, deberemos evaluar la situación y aprender de los errores a nivel individual y general. Algunas de las lecciones que destacaría son: no olvidar el esfuerzo colectivo y de lo que somos capaces como sociedad; ser conscientes, a nivel de compañía, de que todos somos dependientes de otros y por lo tanto debemos buscar el bien de todos; y, sobre todo, debemos aprender a ser activos y no reactivos en general, pero sobre todo ante situaciones similares que puedan darse en el futuro.
Y es que, una vez más, las compañías están aprendiendo por necesidad, con prisas e improvisando, lo que se convierte en un foco de vulnerabilidades y malas decisiones. Por lo que, debemos ser inteligentes, anticiparnos y tener un plan definido por lo que pueda pasar, sin que llegue a afectar a las empresas de una manera tan negativa, como desgraciadamente está ocurriendo en muchos casos.