Symantec ha estado jugando con la posibilidad de dividirse durante un tiempo -algo que finalmente ha sucedido-. Tenía sentido dividir las dos compañías, especialmente si la integración de las mismas podía resultar un problema o difícil de alinear sus estrategias. El mercado de la seguridad ha ido evolucionando continuamente, sobre todo en las áreas en las que Symantec ha generado tradicionalmente la mayoría de sus ingresos. Como resultado, su negocio de seguridad ha estado amenazado recientemente por otros proveedores de nicho y también por vendedores más pequeños que han sido capaces de responder más rápido a los cambios del mercado.
La división permitirá a Symantec reaccionar a estos cambios de forma más ágil y también asegurar que pueda centrarse en una estrategia de negocio puramente relacionada con la seguridad. En teoría esto debería permitir a Symantec ofrecer sus productos de manera rápida.
Symantec -de hecho, todos los fabricantes de seguridad tradicionales- están atravesando una etapa crucial de su historia. El crecimiento de la industria depende de cloud y de las tecnologías móviles; Internet de las Cosas (IoT) tiene también un enorme potencial de crecimiento. El auge en los mercados tradicionales en los que vienen operando los proveedores de seguridad, es decir, desktop y portátiles, es bastante plano. Por ello, estos proveedores necesitan adaptarse para no perder las nuevas oportunidades que surgen –velocidad de mercado con productos adecuados es clave para asegurar el crecimiento a largo plazo-.
