El mes pasado la CEOE presentó su Plan Digital 2020, un trabajo en el que se destacan las nuevas oportunidades que la transformación digital puede generar para la economía española; hablamos ni más ni menos que de 250.000 puestos de trabajo nuevos y un 3,2% adicional de PIB para nuestro país. Tal es la relevancia de este fenómeno que, solo en EEUU, se crearon el año pasado medio millón de puestos de trabajo estrechamente relacionados con la transformación digital y se espera que este ritmo se vaya acelerando en un futuro cercano.
Aunque el concepto sea para muchos amplio y difuso, podríamos acotarlo mencionando algunos aspectos especialmente relevantes a corto plazo. Estos serían la movilidad, el Big Data, el marketing online y la ciberseguridad, este último muy importante ya que el nuevo entorno digital no está exento de riesgos. Como sabemos, recientemente un enorme ciberataque ha afectado a decenas de miles de empresas en más de 100 países. De esta forma, la seguridad digital cobra relevancia desde el momento en que aceptamos que los hechos ya no ocurren bajo nuestros pies sino en un mundo virtual, que es completamente digital.
La seguridad digital cobra relevancia desde el momento en que aceptamos que los hechos ya no ocurren bajo nuestros pies sino en un mundo virtual
La información fluye, la estrategia de comunicación es cada vez más bidireccional, los usuarios demandan más innovación y sus hábitos de consumo cambian rápidamente, mientras las barreras desaparecen. Y voy más allá. A medio plazo, el papel de los intermediarios de cualquier clase e incluso de los gobiernos se reducirá aún más con la irrupción del Blockchain, algo que merece un artículo aparte.
Pero ¿cómo deben enfrentarse las empresas españolas a este futuro? ¿Cómo vender más y ser más competitivo en este nuevo escenario? Las claves son, en opinión de Compusof, varias: en primer lugar, impulsar el ámbito de la movilidad, ya que más del 70% del tráfico digital se origina en la actualidad desde dispositivos móviles. En segundo lugar, la Educación; a corto plazo se espera que haya que cubrir más de un millón de puestos en Europa relacionados con este fenómeno. En España no estamos preparando adecuadamente a nuestros jóvenes y es necesaria una profunda transformación de la Universidad, en particular de la pública. Y como tercer punto la marca y el marketing online, incluyendo el uso efectivo y bidireccional de las redes sociales.
Tampoco hay que olvidar que el Big Data se volverá cada vez más relevante en el sentido que los datos son el nuevo maná y el verdadero motor de esta transformación. La innovación, traducida a proyectos de transformación que generen valor añadido, sería el penúltimo punto y donde más podemos aportar los integradores TIC. Por último, es necesario invertir más en ciberseguridad; en este sentido, la UE está dando un paso decidido, invirtiendo hasta 1.800 millones de euros en la Organización Europea de Ciberseguridad.
No debemos llevarnos a engaño y confundir los procesos evolutivos con los disruptivos
No debemos llevarnos a engaño y confundir los procesos evolutivos con los disruptivos. La trasformación digital ha venido para quedarse y es claramente disruptiva. Lo privado y lo público e incluso el mercado laboral, tendrán que adaptarse a los tiempos y tomar este tren, al que por fin Europa podrá subirse a tiempo.
Los esfuerzos por adaptarse a la nueva realidad digital empiezan a dar resultados pero aún queda mucho por hacer. Todos y cada uno de los que formamos parte de este sector tenemos algo que decir al respecto. Es el momento adecuado.n
